COLUMNA INVITADA

Monumentos de los próximos futuros

El Monumento a la Revolución se alza en la actualidad como un testamento de la lucha revolucionaria

OPINIÓN

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Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

El Monumento a la Revolución se alza en la actualidad como un testamento de la lucha revolucionaria, en donde allí descansan los restos de algunos de sus protagonistas. No obstante, como muchos sabrán, originalmente su función era la de ser el recinto del nuevo Palacio Legislativo Federal durante el porfiriato.

En el internet uno puede encontrar imágenes de los planes originales de la estructura o reconstrucción de cómo se iba a ver. Más allá de la visión que se tenga de ese periodo, de haberse concluido la obra hubiera sido una joya arquitectónica. Aunque con trabas desde los comienzos de la planeación del proyecto, fue la Revolución mexicana la que puso fin a esta obra y, en cambio, en 1938 se transformó, gracias al arquitecto Carlos Obregón Salido, en la actual estructura que la población capitalina conoce.

Lo que iba a ser un edificio representativo de progreso porfiriano terminó en un monumento conmemorativo de esa guerra y sus “héroes”.

¿Qué es una construcción incompleta para los próximos futuros?, ¿recientes y lejanos?, ¿cómo se verán los vestigios del NAICM dentro de diez años? Es la verdad, ahí seguirán, nunca falta quien publica la foto en redes sociales mientras va aterrizando o despegando de la Ciudad de México, con tal de generar un cierto tipo de reacción por parte de diferentes públicos.

¿Será un testamento de la corrupción, de la incompetencia o de lo que pudo ser uno de los aeropuertos más modernos de Latinoamérica? En la actualidad, cada uno ya se formula estas preguntas, pero no se puede predecir cuáles tendrán mayor relevancia en los futuros que se avecinen.

El país está llenó de estos vestigios, cada uno cuenta con su propia historia y la de las generaciones en las que se construyeron, se echaron a andar y se terminaron sus funciones. Sus piedras muestran que no superaron la transición hacia el futuro que se aproximaba.

Del paso de una construcción a un monumento dependen varios factores, los cuales son otorgados por las futuras sociedades. El 3 de mayo del 2021, la línea 12 adquirió nuevas connotaciones. El terrible accidente generó en la sociedad una nueva manera de ver este tramo. Incluso cuando el hueco que ahí sigue sea reparado, lo que sucedió allí seguirá presente en la memoria colectiva. No habrá quien dirá: “aquí fue donde se cayó el metro”, al pasar por la zona del accidente.

Todos los futuros generan monumentos y antimonumentos. Y con el paso del tiempo estos no serán más que ecos de un pasado, del cual, por más que traten los historiadores de ver con objetividad, será juzgado por las sociedades futuras. Una prueba de ello estará en ver qué tipo de construcciones, ya sea, el Tren Maya o el Aeropuerto Felipe Ángeles, terminen convertidas en los monumentos o antimonumentos de los próximos futuros.

POR IGNACIO ANAYA

@IgnacioAnay

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