México ocupa un vergonzoso primer lugar a nivel mundial en pornografía infantil. También el primer lugar en abuso sexual infantil con ¡5.4 millones (CINCO MILLONES CUATROCIENTOS MIL) casos al año! En ese sentido, la denuncia interpuesta por Sasha Sokol en contra de Luis de Llano se puede convertir en una voz poderosa y necesaria para llevar este terrible problema a la luz pública. Se necesita visibilizar más esta constante tragedia, pues solo eso ayudará a concientizar a la población y presionar a las autoridades a ser más eficientes en el cumplimiento de sus distintas responsabilidades, particularmente estrategias de prevención.
Una de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños es violado antes de llegar a la mayoría de edad. Y por cada mil casos de abuso a menores, únicamente se denuncian 100. De esos, solo 10 llegan a juicio y uno a condena (Aldeas Infantiles SOS).
En otras palabras, a las víctimas, menores de edad, se les vuelve a victimizar puesto que es un número ínfimo el de agresores condenados. Sin olvidar la victimización por parte de la sociedad, que va desde: “ya sabía lo que hacía” o “sus padres lo permitieron”. Es muy enfermo y cruel cómo se trata a las víctimas sexuales en nuestro país y, doblemente, cuando se trata de menores de edad.
Sasha Sokol compartió que, como lo había adelantado, sí llevó a cabo la denuncia de Luis del Llano en la fiscalía, y que esta misma ya había notificado al productor. Lo que inició como un grito en las redes sociales por parte de la cantante, tomó los canales legales para que el abuso no quede impune. Esperemos se dé un proceso y una resolución apegada a derecho.
Pero además, lo anterior ha desencadenado otro tipo de denuncias, como la realizada por Mauricio Martínez en contra de Toño Berumen; o algunas por abuso sexual versus el productor Jorge “Coco” Levy, el cual ha pedido perdón en redes sociales por su comportamiento. De hecho, por lo que respecta a este último caso, el medio Opinión 51 cuenta con una docena de testimonios que abarcan diez años de abuso y acoso contra jóvenes actrices.
En el país de la pornografía infantil, del abuso de menores y lo peor, de la impunidad, la decisión y acción de Sasha puede convertirse en un detonante. Es la oportunidad para que una figura pública visibilice e impulse la agenda para combatir estos males/crimenes/delitos. Esperemos tenga el valor y el ánimo de constatar que sí sirvió para ello. Entiendo que puede ser muy difícil lo que pido; es decir, además de seguir el doloroso proceso propio y personal, dedicar tiempo y energía para extender el impulso a otros casos.
Y ya que menciono esta última cuestión, hay que decir que el rehusarse a creer a las víctimas de abuso sexual o preguntar: ¿por qué hasta ahora?, es no entender que el denunciar un abuso es revivir este, evocar el trauma y enfrentar una nueva victimización. Se requiere mucho valor para denunciar a un agresor.
Luis de Llano cínicamente trató de involucrar a los padres de la actriz, diciendo que su relación había sido “transparente”; otra vez una forma más de revictimizar a la víctima y, de paso, a sus familiares. Hagamos caso, en cambio, a la intérprete, quien pidió: “no se diluya la responsabilidad del único culpable, del victimario, deseando que sus acciones no queden impunes”.
Igual que hoy Alejandra Cuevas está llevando a cabo una señalización urgente para visibilizar a las mujeres encarceladas ilegalmente en México, el proceso que ha iniciado Sasha podría dar cabida y reflectores a todos los pequeños violentados; a generaciones (hoy adultos) que fueron forzados siendo niños. Y, aún más muy importante, a generaciones futuras evitándoles un posible martirio.
POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
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@MALOGUZMANVERO
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