REFLEXIONES CONSTITUCIONALES

Luis Echeverría: Último presidente de la Revolución

Fue un político que hizo de la reforma social su bandera fundamental

OPINIÓN

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Alfredo Ríos Camarena / Columna Invitada / Opinión: El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

La construcción del Estado social de derecho en México transita por un largo camino histórico, en la obtención de paradigmas fundamentales que se han reflejado en el constitucionalismo: la Independencia, el Estado de derecho democrático, la separación de la Iglesia del Estado, la conducción de la nación en la rectoría económica, el reparto agrario y la distribución de la riqueza.
Luis Echeverría entendió las claves de la historia y, bajo el denominador del nacionalismo, impulsó políticas internas y externas apoyándose en un presidencialismo fuerte y en un partido hegemónico.

Bastaría revisar su política internacional, para entender el pensamiento que le dio una nueva visión a México. En efecto, la gallarda actitud en el asesinato de Salvador Allende, escribió una página de honor en la historia latinoamericana; el apoyo a la China continental, para ser reconocida en la ONU, fue fundamental para entender el mundo del Siglo XX; fundamentó la “autodeterminación de los pueblos” y la “no intervención” en la “Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados” que fue adoptada por la ONU el 14 de diciembre de 1974. Extendió el territorio nacional –de manera sustancial— al ampliar los límites geográficos, estableciendo la zona económica exclusiva a 200 millas náuticas.

Su política interna reavivó los postulados de la Reforma Agraria con una nueva ley, que le dio a la clase campesina nuevas herramientas para el desarrollo económico.

Fue un creador de instituciones como INFONAVIT, el Banco Obrero, el FOVISSSTE, el CONACYT, FONACOT, PROFECO y la UAM.  Su política energética le dio impulso a PEMEX y a FERTIMEX. En sus actos de gobierno fue consecuente con la concepción de un México moderno e igualitario.

Entender su gobierno implica ubicarnos en el tiempo de la Posguerra y la Guerra Fría.

El desarrollo turístico  tuvo un impulso extraordinario con la construcción de Cancún, Ixtapa Zihuatanejo, Huatulco y Nuevo Vallarta, así como de la carretera Transpeninsular de Baja California.

En lo político, el Departamento Agrario y el de Turismo se convirtieron en Secretarías de Estado, con nuevas funciones. Quintana Roo y Baja California se integraron a plenitud a la Federación, en calidad de estados soberanos.

Abrió las puertas a una nueva generación y, sin duda, fue un político que hizo de la reforma social su bandera fundamental.
Han transcurrido cerca de 50 años, lo cual no es suficiente para valorar este sexenio; no obstante, el tiempo le dará la razón y su gobierno tendrá el lugar que merece en el devenir histórico.

Como todos los humanos, tuvo luces y sombras, lo que es indiscutible es su amor por México. Fue un visionario de un Estado social, que después de su gobierno fue abandonado, y que hoy, frente al fracaso del neoliberalismo vuelve a surgir como única vía hacia un desarrollo más justo.

Tuve el privilegio de ser amigo y colaborador cercano de Echeverría; después de la persecución que sufrí escribió: “Para mi amigo Alfredo Ríos Camarena, excelente ciudadano, injustamente perseguido dentro del torbellino de la política, en el que frecuentemente se cometen tantas arbitrariedades. Con el afecto de Luis Echeverría.”

Su obra permanece en la memoria de México como un símbolo y una esperanza.

POR ALFREDO RIOS CAMARENA

CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM

PRESIDENTE DEL FRENTE UNIVERSITARIO LATINOAMERICANO (1958-1962)

VICEPRESIDENTE DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICA

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