Una maquinaria electoral heredada del PRI continúa funcionando tal y como lo hicieron sus bisabuelos tricolores. La demostración está ahí para que la contemplen hasta los ciegos.
Apenas el domingo pasado ganaron cuatro de seis entidades para llegar a sumar 21 estados de la República en sus manos. ¿Y es que esto se debe a los resultados obtenidos en los últimos tres años?
Veamos objetivamente algunos de las principales pinceladas:
1) Predominio absoluto del petróleo sobre energías limpias.
2) Un sistema educativo a la deriva.
3) La pésima conducción de la lucha contra la pandemia, con más de 700 mil muertos encabezados por un número inmerecido de más de seis mil médicos y enfermeras que nos hacen figurar como el país con más bajas médicas en el mundo.
4) El Instituto de Salud y Bienestar (Insabi) que debiera suplir al Seguro Popular fracasado y enviado al IMSS.
5) Recortes presupuestales a los institutos de salud que los tienen en condición crítica.
6) Lejos de enviarlos a los cuarteles, los soldados y marinos han sido condenados a abrazar a los delincuentes y sufrir humillaciones inimaginables.
7) Hasta esta fecha, hay más de 130 mil asesinados y una suma creciente de decenas de miles de compatriotas desaparecidos.
8) Más de 40 aspirantes a puestos de elección popular, preponderantemente de la oposición asesinados en sus campañas.
9) El rescate de Pemex no tiene fondo ni esperanza, a pesar de los más de 400 mil millones de pesos ahí vertidos.
10) Abandono de programas culturales, universidades públicas y estigmatización de la ciencia.
11) Pago de la enorme deuda que dejó la destrucción del aeropuerto de Texcoco.
12) Aumento de 93 por ciento de los precios de los combustibles y un desmedido gasto para que no aumente aún más.
La lista no termina, son quizás los puntos que determinan un perfil de gobierno que, a su favor, tiene los aspectos de ayuda social presentados como un elemento de generosidad y una incansable pedagogía de cómo la pobreza es bienvenida, no sólo en el reino de los cielos sino en el país. Dejemos de lado las ilusiones de vivir en un país armónico con superaciones colectivas y con un progreso merecido.
El gobierno y su partido controlan el Congreso, la Procuraduría, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, han desaparecido comisiones, institutos y organismos que formaban la supervisión del manejo estatal. El avance de Morena ha sido vertiginoso y si el próximo año gana el Estado más poblado (17 millones de seres humanos), el Edomex, su dominio pudiera extenderse un par de lustros más.
POR RAÚL CREMOUX
ESCRITOR Y PERIODISTA
@RAULCREMOUX
PAL
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