ROMPEOLAS

Guerra de desgaste

El alargamiento del conflicto en Ucrania afecta a todo el mundo. 30 naciones han puesto trabas para la exportación alimentos

OPINIÓN

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Alejandra Martínez / Rompeolas / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La invasión de Rusia a Ucrania cumplió 100 días y el fin no se ve cercano. De hecho, el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, llamó a Occidente a prepararse para un largo conflicto, las consecuencias para todo el mundo podrían retrasar el desarrollo de forma considerable.

El envío de armas hacia Ucrania para apoyar su defensa ha hecho de ésta una guerra de desgaste. Lo que Rusia creía que sería una operación especial (cómo ellos la llaman) relámpago, se vio frustrada gracias a una feroz resistencia y el respaldo de Occidente a Kiev.

Los logros de Rusia son pocos, el más grande, la toma del puerto estratégico de Mariúpol, que le permite tener un corredor terrestre hacia Crimea, territorio que ya se había anexado con anterioridad.  Hasta ahora Moscú controla 20 por ciento de Ucrania, y ha planteado la posibilidad de convocar a referéndums para hacerse de esos territorios, bajo el pretexto de ser un salvador.

Para el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, lo que está en juego es la libertad de Europa; y es que no sólo hay movimientos separatistas prorrusos en ese país, también tienen fuerza en Moldovia.

En las próximas semanas se esperan intensos combates por la región del Donbás, Rusia ataca con furia, mientras Ucrania espera la llegada de armamento más sofisticado de Occidente, su objetivo es retrasar a Moscú, perder el menor territorio posible para después hacer retroceder a las tropas enemigas.

A nivel mundial, los estragos —tras más de tres meses de conflicto— están a la vista, el precio de los granos y sus derivados se ha disparado y hay escasez.

Este mes, India prohibió la exportación de trigo por seguridad alimentaria, también restringió la salida de azúcar; Malasia vetó la salida de carne pollo, Indonesia, del aceite de palma.

En total, unas 30 naciones han puesto en marcha medidas para evitar el envío de alimentos a otras regiones. Los expertos lo llaman “nacionalismo alimentario”, que sólo agrava la escasez y eleva más los precios.

El trigo, un grano básico en la dieta de todo el planeta y cuyos principales productores son Rusia y Ucrania, ha visto su precio crecer 55%; también se disparó el costo del combustible, aceites comestibles y fertilizantes. Estamos ante una cadena inflacionaria sin precedentes.

La ONU insiste en que una crisis de hambre en el mundo está a la vuelta de la esquina, mil 400 millones de personas están en riesgo.

Mientras, Rusia usa el gas como arma para presionar ante la oleada de sanciones de Occidente; Europa depende de este energético y no es posible dejar de consumirlo de un día para otro, pero ya se mira a Catar, Argelia, Azerbaiyán y Estados Unidos como futuros proveedores.

El conflicto se alarga y el Kremlin pide a los medios no hablar de plazos; la guerra infundada lanzada por Rusia es altamente costosa para todo el mundo.

POR ALEJANDRA MARTÍNEZ
ALEJANDRA.MARTINEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALEJANDRAMTZ_87

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