La alternativa que enfrenta Colombia parece clara: izquierda contra derecha.
Pero la verdad, es mucho más complicada porque la historia de Colombia es mucho más enrevesada. Y porque la realidad no es tan clara, ni tan simple.
Ciertamente, como aseguró Michael Shifter, expresidente del grupo Diálogo Interamericano, se esperaba que la elección fuera una de cambio. De entrada, la posibilidad real de triunfo de un candidato de izquierda y curiosamente, de un derechista antisistema.
La opción de cambio triunfó en la primera vuelta. Gustavo Petro, el candidato del Pacto Histórico, de izquierda, ganó 40.3% de los votos y Rodolfo Hernández, que se presenta como antisistema, 28.5%. Ambos se enfrentarán el 19 de junio en segunda vuelta.
La candidatura de Petro es resultado de un largo proceso, uno en que la izquierda pasó de la guerrilla a la lucha política y de paso a un proceso de pacificación que puso en claro que lo que algunos definen como "insurgencias delictivas" no son exclusivas de un sector político y se dan igual bajo la cobertura de "luchas populares" o con banderas de enfrentar a "bandidos".
Pero en una sociedad tradicionalmente polarizada como la colombiana hubo, y hay, una preocupación real respecto a un candidato de izquierda.
TE PUEDE INTERESAR: La IX Cumbre y la política doméstica de EU
Pocos, si acaso, esperaban que el aspirante de la derecha, Federico Gutiérrez, fuera relegado por un candidato independiente. Hernández, que hoy convoca a la derecha colombiana, basa su fuerza en su populismo y en que no es de izquierda, que va contra la corrupción y que a diferencia de Petro, no es parte del sistema.
Y no vacila en tomar de donde le acomode mejor.
Las propuestas de vender los aviones presidenciales, de convertir el palacio de gobierno de Nariño en un museo, de reducir el salario de los políticos o de gobernar a partir de conferencias de prensa matinales resulta familiar a los mexicanos.
Pero a diferencia de México, ambos se verían obligados a negociar con las diferentes fuerzas del Congreso. En el caso de Hernández, en especial con aquellas que se pronunciaron ya por apoyar su candidatura en la segunda vuelta electoral y en el de Petro con los no comprometidos en ambas cámaras.
En otras palabras, deberán dialogar y negociar para lograr la aprobación de sus proyectos de ley y reformas.
Pero Hernández ha sido un consistente crítico del aparato y como tal un constante crítico del congreso y los privilegios que en su opinión disfrutan senadores y diputados.
Hernández fue alcalde de Bucaramanga y un hombre de negocios exitoso. Petro fue alcalde de Bogotá, senador y es un político de larga carrera. La experiencia administrativa y política está, de hecho, en la izquierda, con Petro.
El entusiasmo por la ruptura con lo normal puede favorecer a Hernández. Los dos, sin embargo, representan el cambio. Pero lo que está por verse es el tipo de cambio que ofrece cada uno.
Lo que sí, no se trata simplemente de izquierda o derecha.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1
SIGUE LEYENDO
Religión y política en Estados Unidos
No vamos a Los Ángeles porque...
CAR