LA NUEVA ANORMALIDAD

México a escena

Con Aurora Cano al frente de la Compañía Nacional de Teatro, habrá, sin duda, un teatro complejo, actual y mexicano

OPINIÓN

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Nicolás Alvarado / La Nueva Anormalidad / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hace 19 días que Aurora Cano –directora y productora de teatro, dramaturga, actriz– fue nombrada directora de la Compañía Nacional de Teatro, lo que no es noticia menor. ¿Por qué tardé en escribir al respecto? No me correspondía ser el primero: somos demasiado cercanos.

Es público que con Aurora me une una relación profesional, creativa y de amistad que data de hace más de 20 años. No sólo hemos producido teatro juntos sino que me enseñó a producirlo. No sólo hemos escrito teatro juntos sino que me enseñó a escribirlo. Más importante para lo que aquí ocupa, pese a ser yo un entusiasta confeso del diseño de políticas públicas y ella una artista, de ella aprendí lo que debía ser una verdadera política teatral para México. Y no me lo enseñó con abstrusos estudios de política comparada sino en los hechos.

En 2004, Aurora sentó las bases de lo que sería DramaFest, el festival bienal de teatro contemporáneo del que soy productor desde entonces, y que ahora dirijo en su feliz y terrible ausencia: 1) hacía falta promover la escritura teatral en un país cuyos creadores escénicos y cuyos públicos miraban entonces más hacia fuera que hacia dentro, y más al pasado que al presente; 2) por tanto, más que programar montajes ya hechos, había que poner en escena nuevos textos; 3) estos tenían que dar lugar a un lenguaje escénico mexicano –ni extranjerizante ni patriotero sino sincrético– que nos hiciera vernos en escena tal cual somos (en nuestra infinita, contradictoria, compleja diversidad); 4) no había mejor camino para ello que dialogar con otras tradiciones, para ver en el espejo nuestra singularidad; 5) había que producir esa operación en el marco de un diálogo aún más amplio con la realidad y, sobre todo, con el público –ése que entonces parecía refractario a una experiencia que percibía como sólo para iniciados; 6) ese diálogo debía ser uno descentralizado, que interpelara no a una ciudad sino a un país entero.

A lo largo de 18 años, Aurora ha convocado a la comunidad teatral toda a jugar. De ahí que no sorprenda que, en la auscultación emprendida, haya figurado su nombre tanto entre las propuestas de los actores de la CNT como entre las de las comunidades teatrales en el país. (Lo que es sorpresa, y grata, es que las autoridades culturales hayan atendido la recomendación de ese proceso de consulta democrática.)

Hoy la oigo hablar de “cuestionar e investigar el sentido de la representación y sus códigos en este país” y de cultivar una vanguardia que “implica ser capaz de ir a la raíz de las cosas, repensarla y reformularla… desde lo contemporáneo”, y anticipo ya lo que será su proyecto a partir de 2023: un teatro ni fuereño ni nacionalista, ni nostálgico ni ahistórico, ni apolítico ni comprometido, sino profundamente complejo, actual, mexicano.

POR NICOLÁS ALVARADO
COLABORADOR
@NICOLASALVARADOLECTOR

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