COLUMNA INVITADA

Inmigrantes mexicanas y el desarrollo del otro lado de la frontera

Muchas fungen como la única fuente de ingresos de su familia y, gracias a su empresa, sus familiares tienen acceso a mejores oportunidades

OPINIÓN

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Ximena Sotres Bitro / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México

El camino para establecer un negocio propio no es sencillo, mucho menos cuando eres inmigrante en un país donde no estás familiarizada con el idioma, las vías para obtener financiamiento, las disposiciones legales y tributarias, y el ambiente de negocios.

No obstante, muchas mexicanas inmigrantes que viven en Estados Unidos han perseverado y hoy forman parte del grupo demográfico que abre más de 550 negocios al día en ese país.

Desde 2007, el número de negocios propiedad de latinas ha sido el de mayor auge, con un crecimiento de 172 por ciento.

La población hispana en Estados Unidos alcanzó las 62.1 millones de personas en 2020, representa la minoría más grande en el país.

De ese total, aproximadamente 19.2 millones son mujeres de origen mexicano.

Gran número de ellas se desempeñan en el sector de servicios, sin embargo, existe un alto porcentaje que ha emprendido su propio negocio.

En el caso de las mexicanas, muchas fungen como la única fuente de ingresos de su familia y, gracias a su pequeña o mediana empresa, sus familiares tienen acceso a mejores oportunidades.

Cuando sus negocios adquieren cierta estabilidad financiera, se convierten en generadoras de empleos directos e indirectos.

En 2016, negocios propiedad de latinas emplearon a más de 57 mil trabajadores en Estados Unidos.

De su prosperidad en Estados Unidos, también dependen sus familiares en México. Según datos del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos, del total de envíos de remesas a México, 30.6 por ciento es remitido por mujeres.

En lo que se conoce como remesas sociales, las inmigrantes mexicanas son agentes de cambio en sus comunidades de origen, pues mediante el intercambio de normas, comportamientos y habilidades impulsan el desarrollo social en esas comunidades.

A pesar de este auge empresarial, las mexicanas inmigrantes enfrentan retos importantes. La pandemia por COVID-19 resaltó desigualdades y desafíos, así como su vulnerabilidad económica, comparada con la de los hombres hispanos y, en mucho mayor medida, con los no hispanos.

Es de reconocerse el esfuerzo que realizan pues, además, destacan por utilizar parte de su tiempo fuera del trabajo para seguir preparándose académicamente.

Las latinas han tenido avances significativos en materia educativa en las últimas dos décadas.

Entre el 2000 y 2019, la proporción de latinas de 25 años y más que obtuvieron un diploma de licenciatura se duplicó.

Analizar el papel de nuestras connacionales emprendedoras en Estados Unidos y su impacto en sus comunidades de origen y de destino obliga a reflexionar sobre las oportunidades existentes si se les apoya de forma integral gobierno, iniciativa privada y sociedad civil.

Mediante su resiliencia y capacidades fungen como catalizadoras del desarrollo en ambos lados de la frontera.

POR XIMENA SOTRES BITRO
ASOCIADA DEL PROGRAMA DE JÓVENES DEL COMEXI
@XIME_SOTRES

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