COLUMNA INVITADA

Contra la inflación, más producción y menos tasas de interés

Urge que Banxico tenga compromisos serios para estimular la producción alimentaria y de bienes

OPINIÓN

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Benjamín Robles Montoya / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El pasado 23 de junio, Banxico hizo lo que ya se preveía: aumentó la tasa de interés en 75 puntos base, ubicándola en 7.75%, como medida para frenar la inflación. 

Se trata de una desatinada réplica del aumento de la tasa interna en 75 puntos que hizo la Reserva Federal, la mayor alza en Estados Unidos desde 1994. Pero la decisión de Banxico no es sino un aumento ciego y reiterativo que menoscaba el bienestar de la gente recicla la inflación y coloca a la economía al borde de la recesión. 

En enero de 2021 la tasa de interés estuvo en 4%; Banxico la incrementó cinco veces en 2021 y tres en este año (hasta antes del 23 de junio) llevándola a 7%, pero la inflación no disminuyó, por el contrario, aumentó de 3.9 a 7.65%.

El aumento refleja la visión de tecnócratas financieros que -tal y como dijo AMLO- se creen científicos, pero evidencian su indiferencia ante el aspecto humano de la economía. La crítica de AMLO no se hizo esperar al señalar que representa un freno a la economía y que sería mejor priorizar el aumento en la producción nacional y no apostar a la especulación. 

Coincido con las críticas presidenciales, lo necesario para resolver el problema es conseguir mayores flujos monetarios destinados a aumentar la producción; además, Banxico, la Reserva Federal y los bancos centrales de todo el mundo deben buscar nuevas herramientas de política monetaria que no detengan la economía y que estén al servicio del bienestar de la gente y no de los propietarios de la especulación. 

En 2015, siendo Senador de la República, cuestioné la irracionalidad de Banxico al mando de Agustín Carstens, cuando determinaron subir la tasa de interés a pesar de que la inflación había caído por debajo de 3% y estaba por debajo de la tasa de interés de 3%, además de que se tenían 170 mil millones en reservas internacionales. Señalé que la capacidad de los actores de la economía interna había sido diezmada y que instituciones fundamentales como Banxico se habían convertido en sucursales de la FED y del FMI porque diseñaban las políticas monetaria y fiscal en función de la liquidez de divisas que les exigían y no en función de la expansión económica local y de las facilidades crediticias para el crecimiento propio de la nación.

Hoy, aquellas críticas cobran nueva vigencia; la política monetaria no está en función del interés nacional sino en función de una política de endeudamiento irracional que saquea los bolsillos de las familias y los activos nacionales. La deuda mundial es 300% mayor que la suma de los PIB´s de las naciones, muchas de las cuales se vieron obligadas durante la pandemia a sumar 24 billones más de nueva deuda como “estímulos fiscales obligatorios”.

Urge la creación de una nueva arquitectura financiera mundial; urge que Banxico tenga compromisos serios para estimular la producción alimentaria y de bienes físicos e infraestructura como medida efectiva de combate a la inflación, en lugar de seguir remedando las instrucciones de la FED, del Banco de Pagos de Basilea (dirigido por Carstens), del FMI y de la usura.

Por eso, respaldo las acciones anunciadas por AMLO que incluyen un acuerdo de producción conjunta con el gobierno de Biden, así como cambios al programa Sembrando Vida, que incluyen incorporar la siembra de maíz y frijol y entregar fertilizantes de manera gratuita para que la producción de alimentos de consumo básico ayude a frenar su encarecimiento. 

Nada que ver con la rancia teoría monetaria lamentablemente vigente.

POR BENJAMÍN ROBLES MONTOYA

COLABORADOR

@BENJAMINROBLESM

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