COLUMNA INVITADA

Todo huele a 2024

Todo huele a 2024, la sucesión presidencial se adelantó como nunca

OPINIÓN

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Héctor Serrano / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Todo huele a 2024, la sucesión presidencial se adelantó como nunca. A dos años de la elección, todo lo que sucede en política se concentra en la misma pregunta ¿quién será el sucesor de López Obrador?

Pareciera paradójico que quien abrió el juego de la sucesión presidencial fue el propio presidente, lo que muchos de sus detractores consideran un error de cálculo político. Esa sigue siendo la principal desventaja de la oposición; minimizan las acciones de su contrincante.

Los códigos, los rituales y las estrategias de la política cambian de manera constante, lo que funcionó hace 6 años hoy puede no servir de nada; son nuevos tiempos, aunque no por ello mejores.

En la época del PRI abrir tan temprano la sucesión presidencial mermaba el poder del gobernante en turno, se sabía desde antes quién iba a ganar, por eso el presidente postergaba la decisión de su sucesor el mayor tiempo posible, dejaba de gobernar de facto, una vez que era anunciado el candidato.

De los presidentes panistas, Vicente Fox no pudo imponer a su candidato, y Felipe Calderón no logró impulsar a su sucesor, la misma suerte que corrió el último presidente priista, Enrique Peña Nieto. Lo intentaron, pero no les alcanzo, lo que derivó en muchos de los problemas que enfrentan hoy en día.

Aunque los tres conservan relativa influencia política, ninguno pudo construir un proyecto político transexenal, su visión de país fue aniquilada al concluir su mandato, quienes les sucedieron en el cargo se esforzaron por mantener distancia y hacer evidentes las diferencias entre sus administraciones.

Pero el obradorismo está en la búsqueda de un camino distinto, todos sus esfuerzos están concentrados en la sucesión presidencial, las contiendas electorales de este año y del que vienen, son las últimas pruebas para tratar de ganar en 2024.

El evento de hace una semana en Toluca mostró cuáles son sus prioridades y lo que están dispuestos a hacer; buscarán la unidad y la disciplina al interior de su movimiento y moverán todo el aparato del estado en su favor.

El presidente es el primer mandatario desde la época del maximato que tiene la posibilidad de lograr una trascendencia real más allá de su sexenio, tiene el capital suficiente para intentar no sólo imponer a su sucesor, sino también para continuar con su proyecto político seis años más.

Él será quien tome las decisiones finales al interior de Morena, por eso busca el fortalecimiento de su partido a toda costa, para poderse dar el lujo de elegir al candidato que le garantice su propia continuidad.

El presidente Obrador siempre ha sabido que su mejor elemento son las campañas políticas, por eso decidió destapar a sus posibles candidatos con tanta anticipación, a diferencia de sus antecesores, el no vio este acto como una debilidad, sino como una fortaleza.

Si hablamos en términos de ganancia política, la razón le asistió, se ha convertido en el gran elector del país, aunque para ello haya dejado en un segundo plano la función de gobernar, por eso los niveles de confrontación alcanzaron niveles insospechados, todo mundo está en campaña.

La oposición no ha descubierto del todo como lidiar con esta nueva realidad, un presidente popular que está en campaña permanente; lo que diluye muchos de sus esfuerzos y mantiene a Morena como la primera fuerza política del país.

Los partidos opositores deberían de tratar de construir una propuesta atractiva para la mayoría de este país y dejar de comportarse como si ellos gobernaran. La experiencia ya lo demostró; no les bastará con solo señalar los errores del gobierno.

POR HÉCTOR SERRANO AZAMAR

COLABORADOR

@HSERRANOAZAMAR

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