La carrera para el 2024 comenzó desde el momento en el que López Obrador destapó a sus corredores y eventualmente los redujo a tres:Claudia, Marcelo y Adán, los cuales comenzaron a moverse para conseguir el dedazo presidencial que hará a uno de ellos, el merecedor de la candidatura morenista a la presidencia de la República.
Para poder competir con alguna de estas figuras respaldadas por la popularidad de AMLO, la fuerza del presupuesto federal y el aparato político – electoral de Morena, es indispensable la creación de un Frente Ciudadano que, más allá de las estructuras partidistas presente una propuesta clara y concisa que le sea significativa a las clases medias golpeadas por el obradorismo y cercana a los sectores populares hoy absorbidos por el clientelismo morenista.
Esto exige una enorme capacidad de renuncia por parte de cada uno de los partidos de oposición que buscan quedarse con las migajas del poder, en aras de recuperar el terreno de la democracia perdido en estos años de retorno al pasado priista. También explica poseer la voluntad política para encontrar uno o varios posibles candidatos que puedan empezar a moverse por todo el país, compitiendo con la estrategia movilizadora del partido oficial y sus destapados.
Si en 2024 el enfrentamiento se da entre dos candidatos, uno de Morena y otro de la oposición unida, la posibilidad de una derrota del bloque gobernante es real. Para ello es fundamental primero, poner en un segundo plano la imagen desprestigiada de sus partidos, y en primer término la figura de su candidato y el emblema de la unidad ciudadana. Además evitar a cualquier precio un tercer candidato que cuente con un porcentaje mayor al 5% de las preferencias del posible votante, ya que esto terminaría por hacer desaparecer la estrategia de una elección polarizada.
Por ello Movimiento Ciudadano sigue hablando del rechazo a una alianza partidaria donde participaría como partido marginal. Dante Delgado sabe de su fuerza política a nivel nacional y de la posibilidad de tener a Ricardo Monreal como candidato y así poner condiciones a un amplio Frente partidista.
Es algo que Alito Moreno hace en el PRI por otra razón. Busca inmunidad ante sus abusos y sabe que su presencia en la boleta presidencial como candidato del tricolor sin alianza alguna, le arrebataría votos al bloque de Morena.
De esta forma el “tercer candidato” está por convertirse en una ficha de negociación que resulta muy cara y difícil de contener tanto para la oposición como para el propio gobierno. Así de complejo y de importante es el papel de una tercera opción.
POR EZRA SHABOT
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