COLUMNA INVITADA

La ola de hidrógeno

Aún falta resolver retos, como la reducción de costos

OPINIÓN

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Israel Hurtado / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Recientemente estuve en Europa y pude conocer tecnología de última generación en materia de hidrógeno, ver autobuses de pasajeros que funcionan con este elemento y dispensadores o “hidrogeneras”, de diferentes marcas comerciales, que lo suministran a vehículos y camiones.

También vi en circulación autobuses 100 por ciento eléctricos y eléctricos híbridos, con gas natural y diésel. Incluso se comercializan bicicletas eléctricas que funcionan con hidrógeno.

El año pasado se vendieron en EU cuatro mil vehículos a hidrógeno. En particular, Hyundai y Toyota comercializan sus modelos Nexo y Mirai. De igual forma, Honda, Renault, Mercedes-Benz, Hyzon Motors y General Motors están desarrollando prototipos que funcionan con celdas de combustible de hidrógeno.

De hecho, Hyundai anunció su Hydrogen Vision 2040, para popularizar el elemento para ese año, en una visión que llamó Hydrogen Wave. Esto representa los planes de Hyundai para una nueva Ola de productos y tecnologías con miras a una sociedad del hidrógeno o “Economía del Hidrógeno”.

Un punto destacable de esta Ola de Hyundai es que aplicarán fuel cells a todos sus modelos de vehículos para 2028.

También Volvo y Daimler están fabricando tractocamiones que funcionan con hidrógeno para transporte pesado de mercancías de larga distancia.

Existen otros prototipos de súperdeportivos de armadoras más boutique, con una producción más limitada, pero que se verán en el mercado, como Machina, de Hopium; Hyperion XP-1, VIRITECH Apricale o el A4810, de Alpine.

Incluso la Federación Internacional del Automóvil (FIA) lanzó su estrategia de sostenibilidad donde incorpora gradualmente combustibles sostenibles o sintéticos en todas sus carreras, incluyendo la Fórmula 1, y se menciona explícitamente al hidrógeno. Airbus y ABB también están realizando pruebas con hidrógeno y amoniaco verde en aviones y barcos.

Si bien aún falta resolver algunos retos, como los tecnológicos, reducción de costos e infraestructura para masificar la utilización del hidrógeno, en realidad —sin minimizarlos— no me preocupan tanto, ya que, con las debidas proporciones, nos enfrentamos con la introducción de redes eléctrica, de gas natural o la infraestructura de la red de estaciones de servicio para suministrar gasolina o diésel a los vehículos de combustión interna.

Todos estos retos fueron superados por la sociedad, industria, gobiernos y la investigación científica.

POR ISRAEL HURTADO
PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN MEXICANA DE HIDRÓGENO
@ISRAELHURTADOA Y @MEXICOHIDROGENO

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