MOLTI DIVERSI

El escritor sí tiene quien le escriba

Una recopilación de cartas que recibió Gabriel García Márquez, que nos hacen redescubrir al autor colombiano

OPINIÓN

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María del Mar Barrientos / Molti Diversi/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Hace más de 15 años leí por primera vez el libro de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez. Recuerdo a la perfección que estaba en preparatoria, cuando mi maestra de literatura, Gaby Briseño, nos lo dejó esa lectura de tarea. Fui a comprar el libro a Gandhi, y al ver un tabique tan pesado, pensé: “Qué flojera leer esto”. Debíamos de hacer, a la par de la lectura del libro, un árbol genealógico de la familia Buendía. Comencé a leerlo, iba en la página 10 y ya no sabía quién era hijo de quién y si Aureliano y Arcadio eran la misma persona. Pero tenía que hacerlo, era parte de la calificación final, así que le eché ganas y me esforcé. Hasta ahora, ha sido mi libro favorito, y no sólo eso, sino que esa lectura fue el principio de un camino de amor por las letras, por el realismo mágico, y desde luego, por la escritura, que es lo que me ha llevado ser periodista el día de hoy. Siempre diré que los libros de García Márquez fueron mi inspiración máxima para comenzar a escribir.

Muchos años después tuve la fortuna de conocer la que fue su casa, en el Pedregal. Gracias a varios proyectos que está llevando a cabo Emilia García, su nieta, con la Casa de Literatura Gabriel García Márquez, en donde, hace unos meses, realizó una venta de la ropa de su abuelo Gabo y Mercedes, y ahora crea una exhibición llamada “El escritor sí tiene quien le escriba”, en donde muestra varias cartas que los amigos de Gabo le mandaron recurrentemente durante varios años.

Visité la exhibición y se las recomiendo mucho, ya que es impactante ver, por ejemplo, la caligrafía de Fidel Castro, quien era muy amigo del fallecido escritor colombiano. Escribía en manuscrita con una letra muy bonita. Otras de las cartas recurrentes eran del expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, con quien mantuvo una amistad muy cercana. Primero le mandaba cartas con el sello de La Casa Blanca, y después (cuando ya no era Presidente), la hoja estaba membretada con el nombre de William Jefferson Clinton.

Otra de las cartas que me llamó mucho la atención fue la del subcomandante Marcos, sí, leyeron bien, el subcomandante Marcos le enviaba cartas a Gabo, y no sólo me impacto por lo que significa este personaje, sino por la forma de escribir estas cartas; algunas constaban de cuatro páginas enteras en las que se refería a el como: “Maestro”. “Vale maestro, aunque no venga, lo esperamos…siempre. Salud y un boleto, nomás de ida, al país de la esperanza, a la América Latina”. Un fragmento de una de las tan numerosas cartas que guardó el escritor en una caja en su casa, que tenía la leyenda que decía “nietos”, ¿por qué? Pues es algo que jamás sabremos. Lo que sabemos es que su nieta Emilia la encontró y ha puesto mucho empeño en que conozcamos más de Gabo a través de estos objetos, en donde ella misma va redescubriendo a la gran persona que era su abuelo, aunque ya no esté presente.

Esto, aunado a cartas en donde lo invitaron al Festival de Canes de 1991, y muchos tesoros más que se pueden encontrar al asistir a esta expo, cuyos boletos se pueden encontrar en Boletia. Sin duda, un colombiano de nacimiento y mexicano de corazón que sigue teniendo mucho que mostrar al mundo.

POR MARÍA DEL MAR BARRIENTOS
MARIMAR.BARRIENTOS@ELHERALDODEMEXICO.COM
@MARIMARBAT

MAAZ

 

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