COLUMNA INVITADA

La esperanza de Colombia

Estos vientos de cambio van acompañados por una lucha en la deconstrucción de las ideas coloniales

OPINIÓN

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José Luis Rodríguez Díaz de León / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México

El domingo pasado, el pueblo colombiano salió a las calles a expresar su voluntad en las urnas y decidió apoyar a Gustavo Petro, como su presidente y a Francia Márquez Mina como su vicepresidenta. Con ello, después de 200 años logra avanzar la esperanza de un gobierno de la vida, de la paz y de la justicia social, en ese país hermano.

La llegada del primer presidente de izquierda al tercer país más poblado de América Latina confirma que la implementación de las políticas neoliberales y de derecha tienen un alto rechazo entre la población en general. Y que la aceptación y popularidad de los movimientos progresistas, generan una gran expectativa de solución a las problemáticas de las y los ciudadanos, que buscan ver mejoras en sus condiciones de vida.

En Colombia, estos vientos de cambio vienen acompañados por una lucha en la deconstrucción de las ideas coloniales, que siguen considerando que hay estructuras superiores y que, por ello, han marginado a los pueblos afrodescendientes.

Esta batalla es encabezada por la compañera Francia Márquez, quien ha logrado visibilizar que el racismo nos atraviesa a todas y a todos como sociedad; que es necesario romper las ataduras de las estructuras coloniales que mantienen a nuestros países bajo lógicas de colonización y de saqueo; y que es necesario deconstruir el sistema patriarcal y racista, para generar un gobierno que brinde posibilidades para todas y todos.

En diciembre de 2020, la ahora vicepresidenta de Colombia, en el conversatorio “Representación Popular” nos comentaba que, en aquel país, en los últimos años se vivía nuevamente un clima de violencia “y por supuesto una situación de conflicto armado” y que era necesario “avanzar en un proyecto, en una política para la vida”. Que era necesario “eliminar la desigualdad en la que viven la mayoría de afrodescendientes, indígenas, campesinos y por supuesto en generar una reparación histórica de sus derechos”. “Es imposible que una mujer como yo, para este país se piense en una presidencia”, señalaba.

Dos años después la posibilidad de que el Gobierno colombiano genere una política para la vida, construida desde la periferia al centro y no del centro a la periferia, un gobierno pensado desde las necesidades de los pueblos, un gobierno que rompa con los esquemas neoliberales y patriarcales, dará sus primeros pasos en Colombia.

La elección en Colombia muestra que el gran desafío para el mundo es pensar en gobiernos más justos en términos sociales, en gobiernos pensados en el cuidado de los desafíos de la crisis ambiental; pero además que debemos trabajar en la reivindicación histórica de los derechos de los pueblos.

En México, para el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, los Pueblos Indígenas y Afrodescendientes son sujetos fundamentales en el proceso de transformación y en la renovación de la vida pública, “porque son nuestra raíz y origen, y al mismo tiempo ejemplo de tenacidad, lucha y resistencia en las diversas etapas históricas que hemos vivido” las y los mexicanos.

Existen coincidencias entre nuestros pueblos y esperemos que, esos puntos en común, nos permitan tejer lazos de hermandad no solo entre México y Colombia, sino en toda América latina, en esquemas de economía para mejorar la vida y brindar esperanzas a la población.

POR JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ DÍAZ DE LEÓN
SECRETARIO DEL TRABAJO Y FOMENTO AL EMPLEO EN LA CDMX
@LUIS_DIAZDELEON

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