Para reactivar la economía nacional, el gobierno de la República presentó, por medio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y como parte de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, los Pre-Criterios 2023, donde se incluye lo relacionado a la infraestructura.
En ellos, se proyecta alcanzar un monto de inversión pública equivalente a 3.1 por ciento para 2022, el más alto en los últimos seis años.
Entre los proyectos que se destacan se encuentran la construcción de la Refinería Dos Bocas, las plantas productoras de fertilizantes, la inversión para mejorar la conectividad (entre los que se ubica el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec), además de 62 proyectos para apuntalar la reactivación económica enfocados en los sectores comunicaciones y transportes, energía, agua y medio ambiente y marina.
Sólo en 62 proyectos de inversión para reactivación económica son cerca de 600 mil millones de pesos los presupuestados para invertir. Como lo escribí en mi participación anterior para El Heraldo de México que, sin duda, son buenos puntos de partida. Pero, hay que ir más allá.
Para el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), la construcción de infraestructura es un tema transversal que se relaciona con temas económicos y sociales, como garantizar el acceso a educación y servicios de salud, proveer de medios y vías de comunicación y proteger el medio ambiente.
En el documento “Infraestructura en México: prioridades y deficiencias del gasto público”, el CIEP indica que una de las explicaciones de la falta de crecimiento en países de América Latina, comparados con naciones similares en Asia, es la falta de inversión en Infraestructura.
Continúo con el reporte del CIEP. Entre sus principales resultados destaca que el gasto público en infraestructura ha decrecido en términos reales en el lapso analizado, generando infraestructura insuficiente que, a través de carencias energéticas, sanitarias, educativas y de vivienda, impacta en el desarrollo económico y humano de la población.
Además de lo anterior y para no variar, añade, “en 2010, el gasto público en inversión fue 5.1 por ciento del PIB, pero en 2020 ascendió a 3.1 por ciento y menos de la mitad (48 por ciento) se destinó a infraestructura”, por lo que “el gasto en infraestructura se redujo 40 por ciento, de 2013 a 2020, mientras el crecimiento del país se ubicó, en promedio, en 2 por ciento y las tasas de pobreza superaron el 40 por ciento”.
Los números y datos del estudio ponen en evidencia la falta de dinamismo en la infraestructura. Para finalizar, destaca también la importancia de la Iniciativa Privada (IP), de empresarios de todos los tamaños para mejorar esta actividad, aunque aún así, ha sido insuficiente:
“Este reporte evidencia que la inversión privada ha complementado el desarrollo en infraestructura, principalmente en el sector energético y de comunicaciones. Sin embargo, la inversión total no ha sido suficiente y/o utilizada de manera eficiente para que las entidades federativas del país más vulnerables crezcan”.
En tanto, México Evalúa señala que en 2022 la inversión física prevista es de 863 mil millones de pesos, equivalente a 17.6 por ciento o 129 mil millones más que la aprobada en el PEF 2021.
Esta institución asegura que, de aprobarse y cumplirse este presupuesto, este gasto acumulará tres años consecutivos al alza y tendría su mayor nivel desde 2017 e incluso será mayor a la ejercida en 2015 y 2016, además de que como porcentaje del PIB representará 3.1 por ciento.
Los Pre-Criterios 2023 presentados por la SHCP indican, en el punto II Motores de Crecimiento y Bienestar 2022-2023, que para impulsar el desarrollo sostenido y de largo plazo en México, especialmente en las regiones más rezagadas del país, en 2022 y hacia adelante, el gobierno de México continuará realizando acciones necesarias que permitan revertir la tendencia histórica de caída en la inversión pública en infraestructura, con un enfoque en proyectos en los que no se había invertido en 30 años y que por primera vez incluyen la región sur-sureste.
Así, añade el documento, en este año se proyecta una inversión pública equivalente a 3.1 por ciento PIB, el más alto en los últimos seis años.
La inversión prevista para la construcción de la Refinería Dos Bocas es ocho mil 900 millones de dólares y para el cierre de 2021 se habían erogado 88 por ciento de lo autorizado con un reporte físico de avance de 72.4 por ciento, generando 57 mil empleos directos.
México evalúa resalta que “si bien en este sexenio la inversión ha ido al alza, el crecimiento promedio anual por funciones demuestra cuáles son los sectores esenciales para esta administración.
“Los proyectos prioritarios del Presidente han detonado la inversión en algunas funciones —abastecimiento de agua, transporte por carretera, asuntos de orden público y de seguridad interior—, pero no se debe de olvidar que el impulso de la inversión de Pemex ha contribuido a esto”.
Lo presentado en tema de infraestructura en los Pre-Criterios 2023 por la SHCP son positivos, pero es necesario que la labor se lleve a cabo de forma real, que se cumplan los objetivos pues como ya señalamos en nuestra anterior colaboración, los datos de inversión se encuentran todavía lejos de lo que se necesita para generar un crecimiento real y sostenido de la economía.
Es necesario, también, que la IP participe en el desarrollo de obras de infraestructura de forma contundente, porque los resultados serán mejores y beneficiarán en todos los sentidos una reactivación económica más concreta y positiva.
POR ARMANDO ZÚÑIGA SALINAS
PRESIDENTE DE LA COPARMEX CIUDAD DE MÉXICO
@ARMANDO_ZUNIGAS
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