COLUMNA INVITADA

Hay tiro para 2024

El menosprecio a la legislación que se mostró el domingo 12 de junio por parte de las corcholatas fue una negación al Estado de Derecho y una burla al marco jurídico

OPINIÓN

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Cecilia Romero / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La desconfianza está presente en un gran número de leyes en México, ejemplo de ello es la legislación electoral. 

Los controles que se han ido incorporando a través de los años han convertido a la materia electoral en un conjunto de normas y condicionamientos abigarrados de difícil interpretación y complicado cumplimiento. 

La larga historia de manipulación y fraude electoral que durante el siglo XX padecimos en México ha tenido como consecuencia una legislación prohibicionista y sancionatoria.  

Sin embargo, debemos reconocer que el entramado que sustenta los procesos electorales ha hecho posible que las elecciones sean hoy en día más confiables, democráticas y transparentes. 

En consecuencia, toda modificación debe estar sustentada en un aumento de la confianza entre los actores políticos y en la que despertemos en el electorado. 

Cambios que dependan del voluntarismo o de la imposición no harán sino ahondar la desconfianza y agravar la dificultad para cumplir la ley.

Hay que cumplir la ley. Dura lex, sed lex (la ley es dura, pero es ley).  

El menosprecio a la legislación que con todo descaro se mostró el pasado domingo en el Estado de México, 12 por parte de los aspirantes presidenciales de Morena –corcholatas en la jerga cuatroteísta– fue una negación al Estado de Derecho y una burla al marco jurídico vigente. 

El acto político llevado a cabo en Toluca es una clara violación y una afrenta para quienes respetamos la ley. 

En el colmo del cinismo, quienes juraron “guardar y hacer guardar la Constitución Política y las leyes que de ella emanen”, se presentan con lujo de propaganda, acarreados, porras y recursos públicos, en un acto de proselitismo, donde el actor principal fue el ausente Presidente de la República, de quien se disputan el favor y el destapador.

Ante esta contumacia, la oposición política, los partidos políticos y la coalición Va por México, han planteado la alternativa al “pueblo bueno”, al que sí entiende qué quiere decir la expresión hay tiro para 2024.  

(Dice el Presidente de la República que no había escuchado esa frase; peor para él).

Debemos prepararnos con ánimo de triunfo, entrenar para la gran batalla, redoblar el esfuerzo, aprender de los errores y mejorar los aciertos. 

Pero mucho se equivocan los que piensen que para 2024 no hay tiro.

Hay tiro, como los finalistas en una justa deportiva o en un certamen de ajedrez, que despiertan el interés del público por presenciar el desenlace.

Hay tiro, como en una carrera donde se gana por una nariz.

Hay tiro.  El que se cree ganador indiscutible puede tener una desagradable sorpresa ante un adversario al que menosprecia sin razón.

Hay tiro.  Los que no coincidimos con las políticas clientelares y populistas del gobierno actual somos cada vez más.

Hay tiro.  Nosotros no burlamos la ley.  Nos ajustamos a ella; ya habrá momento de reformar los excesos provocados por la desconfianza.

Hay tiro, somos competitivos, somos capaces, somos propositivos. Hay tiro y está bueno el tiro.

POR CECILIA ROMERO CASTILLO
COLABORADORA
@CECILIAROMEROC

PAL

 

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