ARTICULISTA

Mexican Geniuses: Diego Rivera

El legado y el valor del pintor mexicano son incuestionables. Sus intereses y sus aportes a la cultura se pueden ver actualmente en Londres

OPINIÓN

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Bernardo Noval / Articulista / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El pintor mexicano Diego Rivera (Guanajuato, 1886–Ciudad de México, 1957) decía que quería reflejar en sus pinturas la vida social de México tal como él la veía, y, mediante la visión de la verdad, mostrar a las masas un esquema del futuro.

Rivera, al comenzar su carrera artística, se vio atraído hacia diversos movimientos e ideologías políticas que construyeron la base de su talento. Un alcance que se dio inicialmente en México y se expandió en distintas partes del mundo, un significado puesto en cada uno de sus murales al mostrar la importancia que tienen las clases trabajadoras y la historia del pueblo mexicano. Por último, quedan las posibilidades, aquellas que, a través del trabajo tan significativo, dejó para que un correcto mensaje llegara al que quisiera observar su arte.

El artista realizó grandes obras y murales, tanto en México como en Estados Unidos, que fueron polémicos. Por ejemplo, el retrato de Lenin que pintó en el Rockefeller Center de Nueva York y Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, en el que escribió: “Dios no existe”, que se negó a borrar, lo que ocasionó que el mural se ocultara durante más de ocho años.

Rivera se adueñó de los espacios arquitectónicos, de los medios, las formas, los temas y los contenidos. Realizó más de siete mil metros cuadrados de pintura mural, tanto en México como en Estados Unidos. Tras su muerte, dejó proyectos sin realizar, uno para la Facultad de Ciencias Químicas, sobre la ciencia química como actividad productora fundamental para la sociedad y otro para la Escuela de Medicina de la UNAM, Apoteosis de las ciencias médicas y otros más.

Sin duda, Diego Rivera fue un personaje sobresaliente en el ámbito del arte y la cultura en México. El artista fue uno de los creadores más destacados de la primera mitad del siglo XX, reconocido por la élite intelectual y por el gobierno desde la década de los años veinte, y ya para 1940 era uno de los más famosos pintores nacionales, principalmente por sus aportaciones muralísticas, además de sus escritos.

También fue un luchador social y activista político, siempre provocó e incitó al debate no sólo en su país, sino también en Estados Unidos y en la Unión Soviética.

En el momento cumbre de su trayectoria artística recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en 1950, el más alto reconocimiento que el Estado otorga, pero fue indiferente. Incluso la prensa lo registró como un acontecimiento más alrededor del controvertido pintor. La razón es que la presencia de Diego en el ámbito cultural, ya había ganado suficiente terreno, su fama era enorme.

La obra de Rivera es monumental en sus dimensiones, en su cantidad y en el número de propuestas y exploraciones estéticas. En la exposición inmersiva Mexican Geniuses, que actualmente se presenta en la ciudad de Londres, las múltiples facetas del pintor se muestran al público a través de imágenes y recursos tecnológicos que dan cuenta de su legado. Creó una obra con vida propia y, por ello, universal.

POR BERNARDO NOVAL
CEO MUST WANTED GROUP
@BERNIENOVAL Y @MUSTWANTEDG

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