COLUMNA INVITADA

Democracia incomprendida

Este domingo, en seis estados del país, más de 11.7 millones de mexicanos están convocados a elegir a sus gobernadores

OPINIÓN

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Arturo Sánchez Gutiérrez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Este domingo más de 11.7 millones de mexicanos están convocados a elegir a sus gobernadores. Es un procedimiento regular, periódico y con reglas que ya conocemos. Como en cualquier democracia, prevalece la incertidumbre ante el conteo final de los votos. Sin embargo, en las seis entidades son muchas más las certezas que las dudas: por la mañana temprano se instalarán las casillas, estarán presentes los funcionarios capacitados por el INE, los OPLEs habrán previsto lo necesario para el buen desarrollo de la jornada y los electores recibirán su boleta, votarán y la depositarán en la urna. Hacia la tarde-noche empezarán a manifestarse los conteos rápidos, las encuestas de salida y los PREPs empezarán a proporcionar resultados. Fiel a la tradición, por la noche conoceremos quiénes son los triunfadores.

Como en toda elección habrá algunos retrasos, protestas y anécdotas que reportarán los medios mientras avanza la jornada. Pero en la noche los demócratas reconocerán sus derrotas y festejarán sus triunfos, mientras que los no tan demócratas anunciarán de antemano sus supuestas victorias, falsas o verdaderas. Lo que ocurrirá el domingo es parte de nuestra normalidad democrática. Es una rutina a la que ya nos acostumbramos: la expresión del electorado.

Todos esperamos que, como anunció el Secretario de Gobernación, no haya violencia ni mayores disturbios. A decir de las encuestas, Morena y sus aliados obtendrán algunos triunfos y en otras entidades el resultado está por verse. Como en cualquier democracia, algunos ganan y otros pierden. Con todo, mi apuesta es que las ganadoras serán las autoridades electorales en su conjunto. El domingo seremos testigos una vez más del éxito del sistema INE – OPLEs para organizar las elecciones locales, porque garantizarán lo fundamental: gobernarán aquellos que obtengan la mayoría de los votos.

Esto no quiere decir que todo haya sido fácil. Hay múltiples denuncias y acusaciones entre candidatos; vendrán las revisiones de los gastos de campaña; e irremediablemente el Tribunal Electoral habrá de pronunciarse. Sin embargo, la tarea está hecha. Lo que preocupa es que, si algunos proyectos de reforma prosperan, esta podría ser la última vez que este esquema electoral opere en nuestro país. Paradójicamente, este es el modelo que se busca destruir: desaparecer a los OPLEs. Se argumentará que hay formas más baratas para organizar las elecciones y que basta que el INE se encargue de todo. Esa es una apuesta riesgosa cuando lo que está en juego es la legitimidad de los gobernantes y la pulcritud de los procesos electorales. Eso solo muestra la incomprensión hacia los avances de una democracia joven, pero exitosa.

Por lo pronto, INE y OPLEs organizaron otra fiesta democrática para este domingo, que incluso sus detractores tendrán que celebrar donde triunfen. Será una muestra más de por qué es necesario defender a nuestras instituciones electorales, como habrá que hacerlo hoy con el Instituto Electoral de la Ciudad de México.

POR ARTURO SÁNCHEZ GUTIÉRREZ
PROFESOR INVESTIGADOR, ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES Y GOBIERNO
@ARTUROSANCHEZG

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