COLUMNA INVITADA

“Al diablo con” los vapeadores … yo lo decreto

Esto es reflejo del nuevo régimen. Primero, una serie de argumentaciones materializadas en interpretaciones a la ley por parte de Cofepris, seguido de un primer decreto en 2020, al que se han sumado contradicciones de tesis y jurisprudencias de la SCJN

OPINIÓN

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Óscar Sandoval / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El Día Mundial sin Tabaco evolucionó de ser instituido en 1987 para llamar la atención mundial hacia la epidemia de tabaquismo y sus innegables efectos letales, así como difundir mensajes concretos relacionados con el control del tabaco; al día del prohibicionismo en México. Control es sinónimo de regulación, no de prohibición. 

Esto es reflejo del nuevo régimen. Primero, una serie de argumentaciones materializadas en interpretaciones a la ley por parte de Cofepris, seguido de un primer decreto en 2020, al que se han sumado contradicciones de tesis y jurisprudencias de la SCJN.

Segundo, a pesar de que había voces de peso que se oponían, dicen los que saben, que fue por instrucción presidencial que el Senado hizo ilegal la importación y exportación de alternativas al tabaco para mover el foco del “prohibido prohibir” señalado por la Corte argumentando libre desarrollo de la personalidad, a temas económicos. 

Tercero y vía decreto, el martes se prohibió la circulación y comercialización de sistemas alternativos al tabaco. Grave para los cinco millones de usuarios de estas opciones (4% de la población) reconocidos por el propio Gobierno de México; gravísimo para el 100% porque abre la puerta a restringir por opinión otras libertades. 

Atentos, esto implica que como usuario no tendrás un lugar “legal” en México en donde comprar alternativas al cigarro, que en algunos casos ha comprobado científicamente que es menos dañino que el cigarro convencional. Es decir, como la mariguana hoy, la puedes tener, pero no la puedes comprar legalmente. La diferencia es que mientras una gana terreno en lo legal, el otro cae en espectro de lo prohibido. 

La inconsistencia entre la realidad, la evidencia médica y los hechos no empieza y termina en el decreto. La misma OMS, quien también premió al presidente por esta acción prohibicionista, recomendó el 27 de julio de 2021 que se regulara, no que se prohibiera. 

Vaya papel jugó Miguel Malo Serrano, representante de la OMS en México en nombre del director general Tedros Ghebreyesus, en medio de la pandemia Covid-19 que no solo ha matado a millones, sino que tiene “secuelas” casi inmanejables por quienes las sufrimos; al señalar tácitamente que están de acuerdo con el prohibicionismo que no es “progreso hacia el control del tabaco”, es retroceder en las libertades y/o alternativas para tratar una adicción. 

Además, esta medida omite lo obvio o al menos no lo difunden con la misma fuerza, el sistema de salud no está atendiendo a quienes sufren una adicción que de acuerdo con la OMS es también una enfermedad física y psicoemocional.

Por cierto, en esta columna de opinión no se está “manipulando el lenguaje” o “fabricando dudas” frente a la ciencia, lo que hace es leer con atención sus propias palabras, contrastándolas con sus discursos y cuestionando por qué no hablaron de cómo atender la adicción. Mucho menos se busca promover el consumo de cigarro o vapeadores, sino no negar lo innegable: la gente decide fumar a pesar de las advertencias en la propia cajetilla y los altos impuestos. Regular, no prohibir. 

Con o sin decreto, con o sin premio, el problema sigue vigente y de antemano apuesto con que seguiremos viendo en las calles a niños vendiendo vapeadores a usuarios, entre ellos menores de edad, consumiéndolos; y ante la falta de alternativas, personas regresando a consumir cigarros que han comprobado científicamente los daños a la salud, incluso reconocidos por las tabacaleras. 

Hoy, el éxito está en tocar los temas de frente en la mañanera, no en implementar acciones que realmente atajen los problemas. Así el país y el mundo.