DE LEYENDA

El dolor de Nadal

Lo diagnosticaron a los 19 años con el síndrome Müller-Weiss. No soy médico, ni de lejos, así que lo que entiendo es que el tejido de los huesos de las plantas de los pies crece en forma anómala.

OPINIÓN

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Gustavo Meouchi / De Leyenda / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Todos hemos pasado por un proceso de acondicionamiento físico. Todos nos hemos levantado una mañana con el “sí se puede” en la cabeza y nos hemos puesto a hacer algo. Siendo el primer día, el entusiasmo nos da energía extra, y si nos piden 10, damos una o dos más; en ese momento no sentimos nada más que la emoción de estar haciendo, al fin, algo por nosotros, por nuestro cuerpo, de estar impulsándonos por nuestra voluntad.

Los avisos llegan en la tarde, hay tensión en el músculo entrenado y claro, cansancio. Pero todo cae verdaderamente al día siguiente. ¿Cómo describen ustedes el dolor muscular de excederse en el ejercicio? Yo creo que es un tipo de pequeña venganza, son los músculos diciendo: "nos has olvidado tanto tiempo que ahora serás consciente de que aquí estamos en todo momento". 

Es dolor, es rigidez, es tensión y ardor, en reposo o al hacer un movimiento cotidiano. También es un poco un reto '¿continuarás?'” parecen decirnos los muslos al sentarnos y en alguna parte de la semana uno se pregunta si debe seguir, porque solo el sudar alivia, el dolor por un tiempo, o si es mejor dejarlo y con los días olvidar todo el asunto.

Rafael Nadal no le pasa eso mismo. Lo diagnosticaron a los 19 años con el síndrome Müller-Weiss. No soy médico, ni de lejos, así que lo que entiendo es que el tejido de los huesos de las plantas de los pies crece en forma anómala. Así, sus huesos y las articulaciones que los unen se debilitan, al mismo tiempo que se regeneran, generando deformidades. La complicación médica más relevante es el dolor. Uno que se agrava con el tiempo y con el propio ejercicio, y para el que no hay ninguna cura.

Muchos de nosotros hemos persistido en el ejercicio tras las primeras semanas de dolor, lo hacemos por muchas razones y una de ellas es que estaremos mejor con el tiempo, que entre nuestros músculos mejor lo asimilen y más se disciplinen, el dolor se irá.

A Nadal no le pasará eso nunca, al contrario, con los años su lesión ha empeorado y seguirá haciéndolo. Él juega tenis, de entre todos los deportes. Llamó la atención sobre esto, porque supongo que, si practicara un deporte que no usara intensivamente el paquete de músculos y huesos que tiene afectados, sería más fácil. También sería más fácil para él dejar de jugar. Al parecer ninguna de las dos opciones es aceptables para él.

Así que ahora que he tratado de que nos pongamos en sus zapatos, quiero invitarlos a que nos asomemos en su cabeza. Rafa ha dicho en varias entrevistas que daría alguno de los Grand Slams que ha ganado por no tener que vivir con el dolor. Supongo que el sentido de la frase no es exacto: que la frase en realidad termina con un “por no tener que vivir con dolor y seguir jugando y ganando”. Lo creo, porque él ha decidido aceptar el dolor y seguir compitiendo pese a que ello empeora su condición. ¿Nos han dicho siempre que no se puede tener todo en la vida, cierto? Supongo que él lo sabe, porque acepta el precio cada vez que se planta en una cancha.

¿Imaginan la operación lógica que da ese resultado? ¿Imaginan tener la oportunidad de ser el mejor del mundo en algo, a cambio de vivir con dolor que se intensificará durante todo el proceso? ¿un dolor que durará toda la vida? Es un precio muy alto por el boleto dorado y estoy seguro de que no muchos estaríamos dispuestos a pagarlo. Lo cierto es que tampoco a muchos de nosotros se nos dará la oportunidad de elegir. El propio Nadal cuenta como en 2005, su enfermedad hizo crisis hasta un punto incapacitante y al mismo tiempo él se sentía cada vez más cómodo y asentado en el tenis. Que ambas cosas llegaran juntas seguramente complicó la decisión. ¿Hubiera sido más fácil dejarlo si no sintiera que tendría oportunidad de ser el mejor del mundo? En ese mismo año, Roger Federer logró su legendaria racha de 81 ganados, cuatro perdidos, así que él se debió haber sentido realmente confiado en sus propias capacidades para continuar.

¿Hubiera sido más fácil seguir si el dolor no le hubiera hecho crisis ese año? Imposible saberlo. Hoy solo tenemos claro que Rafa decidió modificar su participación en el calendario del tenis anual y que con el tiempo alcanzó y superó a Federer en Grand Slams, que hoy es el mejor del mundo y que lo que ha hecho adquiere un significado diferente, si pensamos en que está marcado por un dolor distinto al que todos sentimos.

Un amigo me dijo hace poco que lo suyo se explicaba con la disciplina. No lo creo, todos los deportistas de alto nivel son disciplinados, lo de Nadal es algo que va más allá, y quizá sea una bendición para muchos de nosotros no entenderlo jamás, entre tanto ¡qué grande eres, Nadal!

POR GUSTAVO MEOUCHI
COLABORADOR
@GUS23258924

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