La noche del domingo 5 de junio, tras conocerse los resultados preliminares de las elecciones locales en seis estados, vimos claramente el dominio del partido en el poder, la “maquinaria” de todo el gabinete, dejando a un lado sus lugares de origen para hacer campaña en otras entidades.
En primer lugar, vimos a gran parte del gabinete federal, y hasta la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, acompañando a candidatos, y con ello una flagrante violación a la ley, interviniendo directamente en el proceso, donde no sólo respaldaron a su candidato, sino también hicieron su propia campaña, una verdadera trampa electoral.
Sin duda, en estos “nuevos” tiempos de “transformación”, recurrieron a las mismas viejas prácticas, esas que tanto critican y de las que se quejan en las mañaneras, ahora lo aplicaron, y como reza el refrán, “los alumnos superaron al maestro” y siguieron el ejemplo de su líder moral: su campaña permanente.
Pudimos ser testigos del ejército de siervos de la nación, en cada colonia, en cada casa, tocando puertas, ejerciendo presión a favor del voto por Morena y sus candidatos, y amenazando a la ciudadanía con quitarle los beneficios de los programas sociales si en las urnas no votaban por la marca del Presidente.
Y lo peor que pudimos ver, fue la mano de la delincuencia organizada; documentos y declaraciones han revelado las negociaciones entre el crimen con algunos candidatos que participaron en el reciente proceso electoral, así como de integrantes y líderes del partido oficial y de personas que aseguraron ser enviadas por el Ejecutivo federal.
También hay señalamientos hechos por parte de integrantes del partido en el poder, como el de Porfirio Muñoz Ledo, quien asentó que hay un pacto oculto con el crimen organizado y remarcó que el Ejecutivo federal piensa que puede legar a la siguiente administración su sociedad con los delincuentes, haciéndole un llamado de atención a “que su contubernio o alianza con el narco no es heredable”.
Y en efecto, los resultados de la jornada electoral fueron cuatro estados para Morena y dos para la oposición, y para esta última no fue una victoria, ni fracaso, sino un gran aprendizaje, porque estas pasadas elecciones nos dieron la lectura de que, a pesar de toda la maquinaria que desplegó el gobierno, de los programas sociales, y del crimen organizado, no lograron llevarse su tan cantado carro completo.
En 2023 se vienen las elecciones en el Estado de México y en Coahuila, pero no sólo se votará por gobernadores.
En el caso de Coahuila también se votará para elegir a los integrantes del Congreso local y los 38 ayuntamientos.
Son 65 cargos en juego, donde Morena ya comenzó su andanada de operar en esas entidades con el objetivo de ganar, pero la oposición sigue vigente y dispuesta a blindar la Constitución, y no permitiremos que el partido oficial siga extendiéndose por todo el país.
POR JULEN REMENTERÍA
SENADOR DEL PAN
@JULENREMENTERIA
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