Ante las condiciones geopolíticas que están obligando a reacomodos estratégicos en diferentes zonas del mundo, la ubicación de México constituye una de sus grandes ventajas competitivas.
Sin embargo, esta ventaja no se traducirá por si sola en oportunidades, desarrollo y prosperidad para las familias mexicanas.
Pertenecer y participar del mercado más importante del mundo nos exige corregir nuestras condiciones productivas, para estar acorde con las exigencias y necesidades que plantea la integración de grandes cadenas de productos.
Esto se logrará mediante el trabajo coordinado entre las entidades de gobierno y la iniciativa privada.
Industrias, como la automotriz, la aeroespacial y más recientemente la de microcomponentes, han entendido esta dinámica y aprovechado el momento para ofrecer más que mano de obra calificada, el recurso que marcó por muchos años la vocación productiva de nuestro país.
Hoy, diferentes sectores están incorporando innovación en sus procesos, para sacar la máxima ventaja y mantenerse dentro de los principales socios comerciales de Estados Unidos.
Estamos en transición entre la automatización de los procesos y la industria 4.0–, que tiene como principio la interconectividad a través del Internet de las Cosas (IoT), el acceso a datos en tiempo real, la introducción de los sistemas ciberfísicos y el uso de la inteligencia artificial.
Para que esta transición sea más rápida, es indispensable que todos los actores involucrados -academia, gobierno, empresas- trabajemos bajo un mismo propósito, con la mira puesta en el gran socio comercial que México está destinado a ser.
Y es que sólo mediante la inversión en conocimiento, los incentivos adecuados, las políticas públicas correctas y el concurso ordenado de empresas, sociedad y gobierno, es que podemos pasar de ser un país exportador de mano de obra y petróleo crudo que importa remesas y gasolinas, a un territorio a la altura de nuestros socios comerciales, en el que la ciudadanía acceda a oportunidades laborales, pero también a derechos fundamentales que ya no sólo protegen la vida, la seguridad y la libertad de las personas, sino también su dignidad, integridad y garantías.
Desde la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) somos parte de este proceso, acompañando a las empresas de todos los tamaños en la adopción de nuevas tecnologías y conocimiento que potencien su labor y resultados.
Debemos creer que somos un país con una gran capacidad moral e intelectual y que tenemos todo para estar a la altura, para lograrlo, debemos salir de nuestra zona de confort, exigir y exigirnos más para el desarrollo de nuestro país, nosotros debemos ser quien marque la ruta de avance de México, no esperar a que nos digan que hacer, DEBEMOS CONFIAR, los grandes países han salido adelante por su gente y su preparación, entre más conocimiento tengamos, más podemos exigir
Los mexicanos siempre buscamos cómo hacer que las cosas funcionen y esa capacidad de reinventarnos, incluso en la adversidad, es una de nuestras más grandes virtudes, es momento de que, con unidad e imaginación, pongamos de lado las diferencias y trabajemos juntos para aprovechar el momento y la oportunidad que se abre frente a nosotros.
Es lo que nuestro país necesita, porque todos somos México.
POR JOSÉ ABUGABER
PRESIDENTE DE LA CONFEDERACIÓN DE CÁMARAS INDUSTRIALES (CONCAMIN)
@ABUGABERJOSE
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