CONTRA LAS CUERDAS

El peor vuelo de mi vida

Estuvo marcado por la renuncia de Víctor Manuel Hernández, director del Servicio a la Navegación del Espacio Aéreo Mexicano

OPINIÓN

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Alejandro Sánchez / Contra las Cuerdas / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La última vez que sentí pavor en un avión ocurrió por el intento fallido de un aterrizaje en el aeropuerto de Tegucigalpa, Honduras. Para quienes no lo conocen, les digo que está cerca del lomo de un cerro y la pista corta demanda a los pilotos maniobras especiales y mayor pericia que en cualquier otro aeropuerto en que me haya tocado aterrizar.

En aquella ocasión, por ahí de 2004 o 2005 el capitán de la Fuerza Aérea, que llevaba al entonces canciller Luis Ernesto Derbez a una gira de trabajo por Centroamérica, ladeó la nave de una forma muy pronunciada y empezó a descender, pero abruptamente volvió a subir al sentir, después lo supe, que no iba a alcanzarle la pista para frenar la nave.

La historia viene a cuento por lo que me tocó vivir el sábado desde antes de mi despegue de la Ciudad de México y llegada al aeropuerto de Tlajomulco, Jalisco, narrado ayer en este mismo espacio. Mi regreso, sin embargo, a la capital se convirtió en el peor viaje de mi vida a bordo del vuelo 1399 de Viva Aerobus.  Estuvo marcado por la renuncia de Víctor Manuel Hernández, director del Servicio a la Navegación del Espacio Aéreo Mexicano, debido al casi colapso de dos aviones que intentaban aterrizar en Ciudad de México la noche del sábado.

Por si fuera poco, me tocó un vuelo con bravas turbulencias durante una hora de trayecto y ya en el espacio capitalino intentos de descensos en los que seguramente, el capitán recibió órdenes desde la Torre de Control para no aterrizar por el tráfico aéreo y sobrecarga que padece el aeropuerto Benito Juárez.  Desconozco si, como han denunciado otros pilotos, el de mi avión haya aterrizado con poca turbosina por el tiempo de más sobrevolando en espera de turno para bajar.

El desastre aeroportuario se siente en cada vuelo y se ve en los mostradores, en las bandas de las salas de llegada, donde cientos de viajeros se empujan unos a otros o chocan entre sí por ganar su equipaje. Los asientos de espera son insuficientes y hay personas tendidas en todos los pasillos de la Terminal 1 por la demora de sus vuelos. A las ocho de la noche mares de personas saturaban los servicios y no funcionan todas las escaleras eléctricas.

De acuerdo con fuentes del aeropuerto Areli Gallardo Arteaga, jefa del Centro de Control México de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano, quedó, sin saberlo ella, como la principal responsable de las salidas y llegadas de los vuelos nacionales e internacionales de este domingo después de que su jefe dejara el cargo. Los controladores aéreos se enteraron de todo por las redes sociales,  sin que hasta anoche recibieran una notificación oficial.

La salida intempestiva por parte de quien lleva la Navegación del Espacio Aéreo puede ser terrible al no existir plan de transición en los vuelos. A ver si no lejos de solucionar agrava aún más la crisis aeroportuaria de la Ciudad de México y el país.

Así, el peor vuelo de mi vida.

Uppercut: A las 10 de la mañana de este lunes, Víctor Manuel Hernández, director de Servicio a la Navegación del Espacio Aéreo Mexicano, se reunirá con el secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis Díaz, para analizar dónde están los puntos que encendieron las alarmas en el aeropuerto de la CDMX y analizar cómo evitar  desgracias que lamentar. 

POR ALEJANDRO SÁNCHEZ

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@ALEXSANCHEZMX

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