COLUMNA INVITADA

México y el estado de Utah: lazos que nos unen

Los lazos que unen a México y el estado de Utah son fuertes y profundos

OPINIÓN

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José V. Borjón / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los lazos que unen a México y el estado de Utah son fuertes y profundos. Tenemos una historia común, alimentada por relaciones familiares entre ambos lados de la frontera, valores compartidos y proyectos comerciales e industriales. Contamos con un comercio bilateral de 6.1 mil millones de dólares. Más de 51 mil empleos en Utah dependen de la relación comercial con México.

Por lo mismo, no debe sorprendernos que el gobernador de Utah, Spencer J. Cox, haya escogido a nuestro país para realizar su primer viaje internacional la semana pasada. Fue, además, la primera visita de un gobernador estadounidense a México posterior a la pandemia de COVID-19.

Los empresarios e inversionistas de Utah reconocen el papel privilegiado que representa México para fortalecer y relocalizar las cadenas industriales de valor en Norteamérica. En los sectores automotriz, de tecnologías de la información y agroalimentario hay grandes oportunidades de incrementar el comercio. Existen claras posibilidades de que, en el corto plazo, recibamos más inversiones de ese estado, que buscan reubicar su producción manufacturera de Asia a América del Norte. Aunque somos su tercer socio comercial, constituimos su primera fuente de importaciones de mercancías.

La relación humana y cultural también es considerable. La presencia hispana en Utah se remonta a las expediciones que realizaron en 1776 los padres católicos Silvestre Vélez de Escalante y Francisco Atanasio Domínguez, este último natural de la Ciudad de México. Recordemos que cuando las familias mormonas dirigidas por el presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Brigham Young, entraron a la cuenca del lago salado de Utah en 1847, ese territorio aún era mexicano.

La presencia mormona en México se remonta a 1874 cuando el presidente Young ordenó a un grupo de miembros que emprendieran la primera misión religiosa a nuestro país. De manera similar, las y los mexicanos han estado migrando a Utah y son una parte importante de su actual prosperidad. Mientras que en 1900 el censo de población estadounidense registraba solo 40 individuos de nacionalidad mexicana, hoy viven en ese estado más de 430 mil personas de origen mexicano. La población de origen hispano representa el 15% del total.

Nuestra primera representación oficial se estableció hace más de 110 años, con un Consulado en Salt Lake City en 1911. Desde 1940, hemos estado ofreciendo nuestros servicios sin interrupción en Utah, tanto a nuestros nacionales como a aquellos que desean visitar nuestro país. Hoy, el consulado es el referente para la comunidad mexicana e hispana en el estado. En los últimos cuatro años, se han venido fortaleciendo los programas de integración y desarrollo de la comunidad mediante el trabajo, financiamiento y un mayor impacto de las Ventanillas de Salud, Asesoría Financiera y de Orientación Educativa del IME. Asimismo, se han multiplicado las actividades de protección a nuestros connacionales, robusteciendo los servicios de atención a la mujer y personas vulnerables, y promoviendo mejoras en los servicios de documentación.

Contamos con importantes liderazgos de origen mexicano en el Senado y la Cámara de Representantes estatales, así como en los sectores educativos y empresariales. Son esas las voces con las que el consulado se ha unido para defender la dignidad del inmigrante y generar mayores oportunidades.

Utah es un estado que se caracteriza por promover la bienvenida e inclusión de los refugiados e inmigrantes. Fue el primero en ofrecer un permiso de manejo para inmigrantes indocumentados, y de los primeros en permitir a estudiantes indocumentados la posibilidad de pagar sus colegiaturas como residentes.

La relación no está exenta de desafíos, pero es claro que si se genera más comercio e inversión entre el estado y nuestro país, le va a ir bien a México y, consecuentemente, a Utah, generando prosperidad para toda la población.

POR JOSÉ V. BORJÓN

Cónsul titular de México en Salt Lake City, Utah

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