COLUMNA INVITADA

Un Régimen no se crea ni se destruye... solo se transforma

Lo mismo sucede en el cambio de régimen. En definitiva, una acción no se le puede regatear al presidente López Obrador, hace lo que dice, el problema es que queremos entender otra cosa

OPINIÓN

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Óscar Sandoval / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La política mexicana y la relación de lo privado con lo público me recuerdan mis días de estudiante. Esos en los que el profesor te daba una guía de 10 preguntas con las respuestas y en el examen te preguntaba específicamente eso. Como dicen en mi pueblo, “no había pierde”. Aun así, algún despistado reprobaba argumentando que había estudiado otra cosa. 

Lo mismo sucede en el cambio de régimen. En definitiva, una acción no se le puede regatear al presidente López Obrador, hace lo que dice, el problema es que queremos entender otra cosa. Hoy, los estudiantes son en su mayoría empresarios o profesionales de corporativos de las áreas de asuntos públicos y comunicación.

En este espacio hemos hablado respecto a la #LeyLitio y señalado: “como se lee lo aprobado, sobre todo considerando que el artículo 27 Constitucional ya incluía al litio, es que en cualquier momento el gobierno en turno puede decir: ese mineral solo lo exploto yo a nombre del Estado.”

Días después, el lunes 2 de mayo, el presidente López Obrador cuestionó en la #Mañanera, “¿qué no han registrado que no hemos dado ninguna concesión minera?”. Estamos viendo y no vemos; o en el mejor de los casos afirmando que no puede hacer lo que dice. Bien dice mi madre, consuelo de muchos, consuelo de tontos. 

Vámonos a la Ley de la Industria Eléctrica que efectivamente es un triunfo #4T en el ejercicio de gobierno, aunque en la aplicación de la ley y el sentido de los amparos está por verse el tamaño del impacto. 

Su redacción es redonda para la Secretaría de Energía que lleva Rocío Nahle. Basta leer las frases “cuando sea técnicamente factible” y “considerando los criterios de planeación del Sistema Eléctrico Nacional establecidos por la Secretaría”; para entender que con o sin reforma constitucional, con o sin festín de la oposición, el presidente está logrando lo que quiere: el control total de la generación eléctrica porque a través de esa industria se construye nación. 

Un régimen no se edifica ni se cae en un día. Paciencia es virtud política del presidente. Como dice el dicho: hay un dios que todo lo ve y todo lo escucha, que tarda, pero no olvida. Ser o convertirse en el todo poderoso de la política y destino de la vida pública de México es cosa de no olvidar y saber esperar. 

Las reformas presentadas por el Gobierno de México que han puesto a temblar a muchos, primero en lo eléctrico y ahora en lo electoral, no han sido preferentes no por falta de premura, sino porque lo prioritario no es lo que modifica en la ley, sino lo que cambia en el escenario de la opinión pública porque es ese el que le permite instaurar su régimen. 

El juego sucesorio está en la mesa no solo porque es el estilo del presidente, también lo está porque mientras muchos retoman la esperanza en saber que López Obrador se irá, lo que le permite seguir impulsando la transformación. Sigamos pues creyendo lo que queremos creer. Ahí está el destino de México.

POR ÓSCAR SANDOVAL SAENZ
CONSULTOR, SOCIO DE 27 PIVOT
OSANDOVALSAENZ@27PIVOT.COM
@OSANDOVALSAENZ

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