LÍNEA DIRECTA

Los Morenos

Mientras AMLO sigue en su modo de campaña electoral permanente en favor de su propia figura y de Morena, los cuatro jinetes se disputan el lugar que ocuparán en una supuesta encuesta que determinará al ganador el año entrante

OPINIÓN

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Ezra Shabot / Línea Directa / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

                 ¡Arrancan!, parecería ser el grito que López Obrador lanzó la semana pasada para los tres contendientes que él considera posibles aspirantes a la candidatura presidencial por Morena. Sheinbaum, Ebrard, y Adán Augusto López, han entrado de lleno a la fase de precampaña junto con un cuarto aspirante que va por la libre y sin el beneplácito del caudillo: Ricardo Monreal.

         Mientras AMLO sigue en su modo de campaña electoral permanente en favor de su propia figura y de Morena, los cuatro jinetes se disputan el lugar que ocuparán en una supuesta encuesta que determinará al ganador el año entrante. Con un anticipado destape por parte del Presidente, la guerra entre los distintos políticos genera luchas intestinas dentro del partido, y un mayor desorden en el trabajo de gobierno del propio gabinete presidencial.

         Para Marcelo y Adán Augusto, el reto es darse a conocer a nivel nacional como opciones de un morenismo moderado y viable frente al radicalismo de su competidora Claudia Sheinbaum. Ésta ha corrido literalmente a la par que su jefe tanto en el discurso como en las descalificaciones hacia sus adversarios hoy transformados en los “enemigos del pueblo”.

         Claudia sabe que con esto garantiza que la encuesta salga a su favor a partir de los deseos del señor de palacio. Por su parte, Ebrard y Adán Augusto intentarían demostrar que son los únicos capaces de hacer viable el nacionalismo de la propuesta morenista, deshaciéndose de la vertiente bolivariana que tanto daño ha hecho al país, y de esa manera acercarse a la cúpula empresarial que, a pesar de su sumisión a AMLO, no responde en la práctica a la hora de invertir en el país.

         En esta ruta, Ricardo Monreal sabe que el camino hacia la silla grande no pasa por Morena, al menos en la mente de López Obrador, y por ello está obligado a armar lo que sería una candidatura de estorbo. Es decir, demostrar su fuerza política para hacer patente que sin su colaboración será imposible ganar la elección del 2024.

         Y es que no hay reglas del juego para la selección del abanderado morenista a la presidencia. Se trata de una lucha descarnada donde todo se vale para recibir la bendición del tlatoani , o al menos tener que ser tomado en cuenta por él. En el fondo, la única regla sería la obediencia de los derrotados ante la decisión del supremo poder. Para Monreal y Ebrard, quienes en el pasado cedieron en sus ambiciones para beneficiarse de su lealtad hacia AMLO, no hay más futuro que el 2024. Perder por no ser parte del proyecto de continuidad lopezobradorista, no es opción para ellos.

POR EZRA SHABOT
EZSHABOT@YAHOO.COM.MX
@EZSHABOT

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