ARTE Y CONTEXTO

La ciudad de Oaxaca

La belleza como factor de autoestima y productividad

OPINIÓN

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Julen Ladrón de Guevara / Arte y Contexto / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

-Una ciudad limpia, bonita y bien cuidada es fundamental para que uno sienta lo valioso que es como ser humano. -

Oaxaca es una ciudad asombrosa que se ha reinventado muchas veces y que siempre supera a la versión anterior. Su manera de asimilar la estética de los nuevos tiempos es ejemplar porque retoma para sí lo más bonito que el mundo ofrece. Es hermosa, cosmopolita, su tamaño es manejable para los visitantes y todo lo que tiene para dar es encantador (haciendo a un lado las marchas del día del maestro y demás vicisitudes políticas que también son parte de su historia.). 

Cada vez que la visito, me queda la impresión de que es un personaje que ama la moda y las novedades arquitectónicas y que las interpreta a su manera, que le gusta comer rico y paladear sus sabores ancestrales en los platillos de los chefs del momento y que sabe lo que significa verse prolija y sentirse bien. Caminar por sus calles es muy grato porque hay galerías de arte que tienen piezas de buenos artistas, y es fácil ver en cualquier parte obras de Rufino Tamayo, Francisco Toledo, Morales y de creadores contemporáneos como Demián Flores o Guillermo Olguín. 

Los restaurantes se han modernizado, guardan un respeto especial por los sabores y las maneras de preparar la comida de sus antepasados; también tiene una atolería preciosa dedicada a ofrecer recetas de atoles espesados con masa, de muchos sabores atípicos para el común de las personas como el de cacao blanco; el de maíz belatobe, el colorado o el pataxte; el de cacahuate; el de ajonjolí o el de amaranto.

Por lo general los comercios de esta naturaleza tienen una arquitectura moderna pero muy oaxaqueña, es decir, con pisos de cemento pulido de colores, al igual que las barras de las cocinas, pintados con tonos orgánicos e incluyendo elementos de la vida cotidiana. Aquí se sabe que las ollas, los molinillos de chocolate, los olotes para desgranar, los fruteros colgantes tejidos con fibras naturales, los pedazos de madera, las semillas de ornato y todo lo que poseen, también tienen derecho a formar parte de su paisaje porque son muy lindos. 

Y es que la belleza es contagiosa, pero también es un factor importante para levantar la autoestima y promover la productividad de los ciudadanos. Una ciudad limpia, bonita y bien cuidada es fundamental para que uno sienta lo valioso que es como ser humano. Oaxaca me hace sentir que merezco cosas buenas porque se cuida para mí y rinde homenaje a su cultura con orgullo y alegría. Esto lo sé porque vivo en la CDMX y sin darme cuenta, a veces me siento un poco triste cuando padezco el descuido de sus calles llenas de baches, cuando veo sus monumentos desgastados o cuando visito la versión tan decadente que tenemos hoy de la Zona Rosa.

Ante los tiempos tan difíciles que hemos vivido como humanidad, lo mínimo que necesitamos para estar mejor es una casa limpia y alegre, que nos haga saber que tenemos derecho a una vida mejor y que nos reciba con calidez al terminar cada jornada. Por eso debemos ser cuidadosos con nuestros lugares de origen, procurar tener más flores, mantener limpios nuestros mercados y proveernos de un poco de felicidad, sintiendo orgullo por nuestro país.

POR JULEN LADRÓN DE GUEVARA
CICLORAMA@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@JULENLDG

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