COLUMNA INVITADA

El estado soy yo

La Reforma Electoral difícilmente pasará, pero será el pretexto para seguir satanizando al INE

OPINIÓN

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José Lafontaine Hamui / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El discurso oficial ya es simplemente insostenible. La despótica iniciativa de Reforma Electoral del Ejecutivo busca eliminar, entre otras cosas, la pluralidad, la autonomía de las instituciones electorales y la eficiencia, transparencia y ciudadanización en la organización de las elecciones. Desde ninguna óptica puede considerarse que esta absurda iniciativa busque el fortalecimiento del sistema democrático. Esta iniciativa no persigue una mejor fiscalización, no busca mayores causas de nulidad por violaciones a la ley, no tiene como fin una mejor regulación de medios y desde luego no busca impedir la intervención de servidores públicos en propaganda política.

La iniciativa pretende a diferencia de lo que dicen, acabar con el voto directo de legisladores y que todos sean electos por representación proporcional. Es decir; plurinominal. No sólo no acaba con los plurinominales, sino que, de aprobarse la iniciativa, todos los legisladores serían plurinominales. También pretende convertir a consejeros y magistrados electorales en candidatos y lacayos del gran elector. Busca que su lealtad esté del lado a quien le deben el puesto, es decir; al Presidente, y no al país al que deben servir. De hacerse realidad lo anterior, se dictarían resoluciones atendiendo la popularidad de las mismas, y no el apego a derecho de su contenido, aún cuando fueran impopulares. El proceso estaría viciado de origen. Los consejeros y magistrados electorales serían propuestos por el Ejecutivo federal y la Cámara de Diputados, con criterios claramente partidistas. Estarían subordinados al gobierno; sí, al gobierno que pretende regresarnos 30 años a los tiempos del partido único. La iniciativa propone acabar con el INE. Este sería reemplazado por el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, pero claro, con nuevos consejeros, removiendo a los actuales que tanto incomodan al presidente. Los nuevos consejeros serían electos por voto popular. Así, en lugar de tener un Consejo General del INE con equilibrio, habría uno con control del partido mayoritario.

La iniciativa pretende someter al árbitro. ¿Para que cambiar lo que funciona?, precisamente por que funciona. Este régimen, considera que el INE solo sirvió cuando AMLO era oposición. Hoy, ya no lo consideran así, ya no sirve ni funciona porque le estorba. Cuando AMLO era candidato, se celebraba que la figura presidencial fuera digna de escrutinio, de fiscalización y de crítica, hasta de burla. Hoy que es Presidente, su opinión es muy distinta. Hoy nadie puede opinar diferente, todos deben ajustarse a su visión, todos tienen que someterse a su voluntad, quien no lo haga resulta un traidor, un conservador, un fifi, un neoliberal. El espejo al final del camino es duro. Quien hoy señala a los otros, es en efecto el verdadero traidor a la patria y así lo juzgará la historia.

La reforma difícilmente pasará en el Congreso, pero le dará al presidente el pretexto perfecto para seguir satanizando al INE y desconocer un posible resultado adverso en 2024. Destruir y callar a quienes piensan diferente, aquí ya no hay adversarios, sólo traidores a la patria, El Presidente cada día se acerca más a Luis XIV (rey de Francia) que a Juárez. Al igual que el primero, cree que él es el Estado. Pretende que México se parezca más a una monarquía que a una república.

POR JOSÉ LAFONTAINE HAMUI

ABOGADO

@JOSE_LAFONTAINE

PAL

 

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