CAMPUS

Checa tu privilegio

El “privilegio” es la nueva herramienta discursiva que utiliza la progresía para normalizar la cruzada

OPINIÓN

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Alejandro Echegaray / Campus / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El “privilegio” es la nueva herramienta discursiva que utiliza la progresía para normalizar la cruzada en contra del liberalismo y la polarización que promueve el Estado. Este movimiento trata de alojar -en las personas con tez clara, en especial hombres blancos clasemedieros- una dolorosa culpa, por el simple hecho de existir. ¿Pero qué es el “privilegio”?  ¿Cuál es la intención de alguien que te pide “checar” tu privilegio?

El privilegio que hay que checar de manera continua son los supuestos beneficios que se asocian con un cierto género, apariencia física, origen étnico, tono de piel y orientación sexual. El privilegio forma el cúmulo de ideas y valores que conforman el manifiesto religioso de la secta que promueve la agenda de la corrección política.

La tara de los grupos progresistas que instigan a checar supuestos privilegios por ser hombre y blanco se ha vuelto chocante. El privilegio ya no solo es un arma para atacar la incorrección política, ahora es usado también para normalizar el discurso antiliberal que intenta dividir a la sociedad.

El wokismo de los queda bien y su idea fija en el privilegio aleja el foco y la atención de las verdaderas amenazas del populismo. El activismo woke desde la izquierda obradorista, no solo genera artificialmente un problema que no se da de manera institucional en México como la discriminación, sino que coarta la libertad de expresión y fomenta un estado de crispación que genera encono social y división.

Los supuestos progres intentan silenciar voces que se desvían de la corrección política, además de promover el conformismo y emascular el debate. Este nuevo culto aleja el foco de las verdaderas amenazas a las libertades y derechos individuales. La lucha debe ser en favor de regresar al debate publico los derechos individuales y el fortalecimiento de la democracia; que nos devuelva gobiernos responsables con su electorado y no sólo responsivos por electoreros.

Pero ahora, los académicos seducidos por el populismo autocrático han usado la retórica del privilegio para desestimar el mérito y generar una narrativa maniquea de buenos y malos para situar al privilegio blanco como el origen de la desventura colectiva.

La estrategia de dividir con base en prejuicios de clase ha sido exitosa para el oficialismo en la arena electoral. Pero es un despropósito adherirse a un discurso de esa naturaleza. Retomemos el liberalismo como verdadero norte y alejémonos de la política identitaria. El verdadero enemigo es la amenaza a las libertades que ha iniciado el presidente de la república y no el privilegio del que supuestamente gozan las clases medias. 

POR ALEJANDRO ECHEGARAY
POLITÓLOGO
@AECHEGARAY1

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