REFLEXIONES CONSTITUCIONALES

Poner la carreta delante de los bueyes, es una equivocación

La corrupción es un fenómeno social ilícito que básicamente tiene que ver con los sobornos

OPINIÓN

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Alfredo Ríos Camarena / Columna Invitada / Opinión: El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

La corrupción es un fenómeno social ilícito que básicamente tiene que ver con los sobornos y la obtención de dinero a través del otorgamiento de concesiones, contratos, ventas, permisos administrativos o simples faltas al reglamento de policía y tránsito. Para que exista se requiere por lo menos de dos participantes, por eso es injusto no culpar también a quienes corrompen a los funcionarios y quienes en el mundo de nuestro tiempo han obtenido riquezas incalculables.

El dinero se convirtió como Marx lo preveía en la mercancía de mercancías, y con el desarrollo del capitalismo, dejo de ser un medio para convertirse en un fin. El apetito voraz e individualista no tiene paralelo en la historia humana como en estos últimos decenios de neoliberalismo. El dinero se convirtió en el Dios de la sociedad, y es la forma de obtener respeto y consideraciones sociales, inclusive para quienes lo obtienen de manera francamente ilegal.

Por lo anterior, debemos entender que se trata de un efecto y no de una causa; claro que hay que combatir esta lacra que nace de las entrañas mismas de las relaciones de producción que se dan en nuestro tiempo. Los valores se han transgredido y la mezquindad ha convertido a la riqueza en un símbolo de poder y relevancia.

Este tema central debe enfocarse a partir del proyecto de Nación y México no necesita inventar el hilo negro, baste con seguir el hilo conductor de nuestra historia y de los movimientos sociales que nos dieron destino y Nación.

La equivocación primigenia del Presidente López Obrador es confundir el efecto con la causa, y afirmar una y otra vez, que la corrupción per se es el origen de todos nuestros males. Se equivoca también en su percepción de que el neoliberalismo puede no ser tan malo, ya que no se trata de algo malo o bueno, los sistemas económicos simplemente reflejan las relaciones de producción, y esta nueva etapa del capitalismo, si bien es cierto,  aporto grandes mejoras tecnológicas y científicas a la humanidad al darle la supremacía al mercado frente al Estado, generó la concentración de la riqueza más absurda y grosera de la historia humana.

Los preceptos constitucionales y la teleología de nuestra Carta Magna implican, sin duda, una mejor distribución de la riqueza respetando la Libertad, los Derechos Humanos y la Democracia, sin dejar a un lado los Derechos Sociales, que por primera vez se consagraron en la historia jurídica en este documento fundacional.

Poner la carreta delante de los bueyes, lo único que hace es entorpecer el proceso productivo y frenar el desarrollo económico de un Estado de Bienestar que necesitamos con urgencia.

Estamos en tiempo, la humanidad entera espera un viraje de la política económica que nos acerque a la justicia social. La teoría política que más se acerca a esta visión es la Social Democracia, por ello, si la oposición pretende triunfos electorales inmediatos, debe rebasar al Presidente por la izquierda, de otra manera, seguiremos debatiéndonos en la confusión ideológica y  un Estado de Derecho vulnerado cotidianamente por la delincuencia.

Aun cuando la definición de corrupción que expresa el diccionario de la Real Academia de la Lengua que señala: “sobornar o cohechar al juez o cualquier otra persona con dadivas o de otra manera”, la percepción de la sociedad es mucho más amplia, ya que se ha convertido en una hidra de mil cabezas que debemos desechar. Pero esto no será posible, en la medida que el dinero siga siendo el poderoso caballero que atrofia el desempeño ético de la sociedad.

POR ALFREDO RIOS CAMARENA

CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM

PRESIDENTE DEL FRENTE UNIVERSITARIO LATINOAMERICANO (1958-1962)

VICEPRESIDENTE DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICA

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