El pasado 4 de mayo, el Pleno del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) tomó por unanimidad la sorpresiva decisión de contratar a los ex Comisionados Óscar Guerra Ford y Rosendoevgueni Monterrey Chépov como secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Transparencia el primero y Secretario Ejecutivo del INAI el segundo. Colaboradores de alto nivel en el Instituto, a un mes de la conclusión de su encargo como comisionados.
Para la posición con la que se beneficia a Monterrey Chépov, se necesitaba abrirle camino pues a diferencia de la posición ofrecida a Óscar Guerra, la de Monterrey sí estaba ocupada por José de Jesús Ramírez Sánchez, a quien le pidió el Pleno su renuncia. Se ha filtrado en medios de comunicación que dicho funcionario escribió una carta el pasado 18 de mayo a la Comisionada Presidenta del Instituto, en donde le comunica su decisión de no presentar la renuncia exigida, aduciendo que ello implicaría aceptar actos de falta de ética institucional y trato indigno.
Los actos relatados vienen acompañados de sorpresa y decepción que se ahonda por la unanimidad con la que se tomó la decisión de los nombramientos, pues no pareciera creíble que en un acto así de cuestionable, ninguna comisionada o comisionado haya alzado la ceja y hecho reflexionar al resto. Es clave, en momentos de decisión como éstos, que se reflejara la diferenciación de criterios al interior del Pleno y hubiéramos celebrado en la sociedad civil, organismos garantes de las entidades federativas, autoridades, personal del propio Instituto y ciudadanía en general, haber visto votos disidentes para nombrar a sus ex colegas del Pleno con un probable conflicto de interés por la relación de cercanía o incluso de amistad existente después de su labor como pares.
Nos unimos desde la Coparmex a la petición que el Consejo Consultivo del INAI hace al Pleno, de transparentar el proceso que llevó a esta decisión y a la voz de muchas personas que nos seguimos preguntando cómo pudo suceder, y por unanimidad, una decisión que golpea la legitimidad y credibilidad de los liderazgos del Instituto. El INAI perjudicado por esta decisión y los dos excomisionados beneficiados con un nuevo trabajo ahí mismo, sólo que ahora reportándole como superiores jerárquicos a sus colegas, antes pares.
Ojalá y este tropezón también sirva para que el Senado de la República convoque a una sesión extraordinaria para nombrar rápidamente a las personas que ocuparán los cargos vacantes en el Pleno, pues estamos ciertos como ciudadanía que la sangre nueva abonará a establecer razonamientos más plurales y equilibrios distintos que impidan decisiones unánimes como la que aquí abordamos. Asimismo, es urgente que sea el propio Pleno del INAI quien impulse el servicio civil de carrera que tanto hemos exigido como sociedad civil, pues esa es la manera idónea de nombrar al personal del INAI.
Instamos a las comisionadas y comisionados a modificar su decisión pues serían ejemplo de humildad al reconocer un error que han cometido en perjuicio del Sistema Nacional de Transparencia y de la Institución en la que aún creemos muchas personas y que ha costado tanto trabajo construir y mantener. La ciudadanía merece decisiones impolutas del Pleno y no decisiones que dejan grandes cuestionamientos a su actuación. #OpiniónCoparmex
POR LEONOR QUIROZ CARRILLO
PRESIDENTA DE LA COMISIÓN NACIONAL DE ÉTICA E INTEGRIDAD DE COPARMEX
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