AIRE PARA PENSAR Y DEJAR PENSAR

Conmigo; el viaje será un poema

Aprender sin juicio y con humildad puede ser de los regalos más bonitos que te puedas dar; una nueva forma de ver la vida

OPINIÓN

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Paola Albarrán / Aire para pensar y dejar pensar / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

De las cosas que verdaderamente más disfruto es aprender lo aprendido desde otro lugar.

Caminos que jamás había pensado o explorado que hoy ensanchan el camino de vida.

Hace unos días estuve con los pies en África respirando Europa, donde se sitúa este enigmático país; Marruecos. Con el tanque lleno de ilusión de beberme de nuevas ideas. Con ganas de abrir los ojos, con un enchufe directo al alma y reconectar conmigo, en primer lugar.

El escenario fue perfecto, paisajes contrastantes, desde el Sahara al Mediterráneo, de los dromedarios a los monos, de la inquietud de pensamientos a un equilibrio.

El islam, el Corán, Mahoma, la Meca, las oraciones, la orientación; la obediencia. Ramadán, más que el ayuno es el no cuestionarse. Es saber que Dios sabe más.

Como buen turista, la cámara salta a tu mano y no puedes evitar captar todo aquello que brinca para tus sentidos.

Tomé una foto a un señor que venía con su turbante a lo lejos de un callejón en una bicicleta, cuando se dio cuenta, se puso unos papeles que llevaba en la mano para taparse la cara. Pensé que era la personalidad de aquel señor. Caminando entre la medina, escuchando a nuestro apasionado islamista guía Zim, entendí el por qué no conciben que les puedas tomar fotos.

En el islam el ser humano no puede imitar a una creación de vida, ni los humanos, ni los animales. No en su arte. No se puede representar, pero si es parcial sí, por ejemplo, a los leones de la Alhambra les falta rabo, o tomar algunos elementos de ellos como pueden ser las plumas del pavo real. Es por eso que, el tomar fotos puede quedar fuera de la concepción de no intentar hacer lo que sólo Dios sabe hacer, que somos nosotros.

Para el mundo árabe, la riqueza está en la simetría, es ahí donde se encuentra el bienestar, la belleza, en poder poner exactamente lo mismo de un lado que del otro. Con elementos que se repiten en espejo y que adornan los muros internos de las casas, riads o palacios. Los elementos más usados son las figuras geométricas en mosaicos y la caligrafía de textos sagrados que son fragmentos del Corán. Una poesía eterna.

Una de las cosas que sin duda cuestioné, es porque la mayoría de las veces aquellas cenefas preciosas trabajadas estaban sobre las cornisas superiores de esos altos techos, la respuesta fue obvia. Porque para Dios siempre es el arte, por eso reposa hasta arriba de los muros.

En el universo occidental hemos aprendido que en el mundo existen cuatro elementos; mientras que en la cultura árabe encuentran la misma riqueza explicada diferente. Para ellos la perfección del equilibrio radica en fuego, agua y aves. ¿Aves? Las aves son las que representa el aire y la tierra. Si hay aves en tu hogar, tienes el equilibrio de vida. Donde se conjugan los cuatro elementos, los cuatro ríos eternos del edén: agua, leche, miel y alcohol (mismo que no beben).

De tanto ver encuentras tu centro más fácil y entiendes cómo en la mezcla de ideas está la grandeza de sabernos reconocer. Nos advirtieron que el viaje sería un poema, y lo fue.

POR PAOLA ALBARRÁN

paolaalbarran1@gmail.com
IG: @paolaalbarran

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