LÍNEA DIRECTA

¿A dónde?

El carajo se va llenando cada vez más de liderazgos y segmentos sociales con intereses diversos, pero unidos entre sí

OPINIÓN

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Ezra Shabot / Línea Directa / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, mandar a alguien al carajo es “rechazarlo con insolencia y desdén”.

Y pues sí, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha decidido utilizar esta expresión para demostrar el trato que da a sus adversarios convertidos en enemigos por voluntad del propio primer mandatario. 

El problema es que cada vez aumenta de manera más significativa el número de personas e instituciones que han sido enviadas a ese destino por AMLO, al no compartir su forma o su objetivo al hacer política día con día. 

Denostar a la UNAM, al CIDE, al INE, al Tribunal Electoral, a los órganos autónomos del Estado en general, a los padres de niños que demandan medicinas que nunca llegan, a los médicos mexicanos, y, finalmente, a una clase media que creyó en su promesa de cambio y que hoy es vista por el “caudillo” como un segmento social aspiracionista, implica descalificar a un amplio espectro ciudadano que ya se encuentra en la zona denominada carajo por el propio Presidente.

En este contexto se ubica la sucesión presidencial, donde la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, replica sin pudor alguno el mensaje descalificador de su jefe, ganándose así a la base más radical de Morena y a aquellos que, sin ser parte de este grupo, se alinean a la voluntad de López Obrador sin duda alguna. 

Por otro lado, el equilibrista Marcelo Ebrard, titular de Relaciones Exteriores, reafirma su lealtad al líder porque sabe que sin ella es imposible obtener la candidatura del partido, pero al mismo tiempo trata de mantener un lenguaje mesurado, para no ser descalificado por todos aquellos enviados al carajo.

Y mientras Adán Augusto, secretario de Gobernación, juega al tapado con posibilidades, el senador Ricardo Monreal ya trabaja en la candidatura unitaria de la oposición a través de Movimiento Ciudadano, que estaría dispuesto a unirse a priistas, panistas y perredistas con Monreal como
la ficha única capaz de ganarle al abanderado de López Obrador en Morena.

Por lo pronto, el carajo se va llenando cada vez más de liderazgos y segmentos sociales con intereses diversos, pero unidos entre sí con un único objetivo: arrebatarle a Morena la Presidencia de la República y la mayoría en el Congreso de la Unión. 

El resultado de las próximas elecciones estatales del 5 de junio, aunque condicionadas por la problemática local, refrendará o no la viabilidad electoral de la alianza tripartita PAN-PRI-PRD, y la necesidad inevitable de incorporar a Movimiento Ciudadano para poder vencer a Morena en las elecciones presidenciales de 2024.

Si la lógica aislacionista de López Obrador sigue empecinada en seguir mandando al carajo a personas e instituciones, en una de esas el propio carajo podría ser el espacio desde donde se organice la oposición para vencerlo en dos años más.

POR EZRA SHABOT
EZSHABOT@YAHOO.COM.MX
@EZSHABOT

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