REFLEXIONES CONSTITUCIONALES

Una nueva relación con Estados Unidos: Aliados sí, comparsas no

Las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, a lo largo de la historia han estado marcadas por el dominio

OPINIÓN

·
Alfredo Ríos Camarena / Columna Invitada / Opinión: El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, a lo largo de la historia han estado marcadas por el dominio y el sometimiento; desde la fuerza militar, abierta y brutal –como sucedió en el Siglo XIX donde se mutiló el territorio mexicano, o la guerra contra España que concluyó en la colonización de Puerto Rico y la Imposición de la Enmienda Platt a Cuba— lo que determinó esas relaciones. Más tarde en la mayor parte del Siglo XX el control sobre América Latina se basó en el establecimiento de gobiernos dictatoriales que fueron títeres del Imperio Americano como Fulgencio Batista en Cuba, Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana, Anastasio Somoza en Nicaragua, Castillo Armas en Guatemala y muchos más. El mapa latinoamericano se cubrió de charreteras y bayonetas y la voz cantante de los Hermanos Dulles la definieron con claridad, al establecer que Estados Unidos no tenía amigos, sino intereses.

El último de esta serie de dictadores fue Augusto Pinochet en Chile, después del derrocamiento –por parte de la CIA— de Salvador Allende; el dictador chileno se convirtió en el eslabón perdido entre la dictadura militar y la política Neoliberal, efectuando un choque económico bajo la interpretación de los “Chicago Boys” encabezados por Milton Friedman. Ahí en los años 80s empezó una nueva forma de control a través de la política económica y de gobernantes que adoptaron –sin chistar— las duras líneas del Neoliberalismo, como Carlos Saúl Menem en Argentina, Alberto Fujimori en Perú o Carlos Salinas de Gortari en México.

De ahí surgió una nueva forma “democrática” para el control del Subcontinente; no obstante, las elecciones han dado como resultado gobiernos de tendencias de izquierda a partir del paradigma que estableció Fidel Castro desde 1959.

Actualmente, han crecido –en forma exponencial— los Partidos Socialdemócratas, con diferentes visiones, que buscan una mayor justicia social y una profunda reforma al sometimiento económico.

En Argentina regresó el grupo peronista de Kirchner al elegir a Alberto Ángel Fernández; en Perú el nuevo gobierno corresponde a un luchador indigenista, Pedro Castillo; en Chile acaba de ganar la elección Gabriel Boric Font, que pertenece a una nueva izquierda; en Honduras la Presidenta Xiomara Castro; en Bolivia el Presidente Luis Alberto Arce Catacora, heredero de la tradición de Evo Morales. Esto ha complicado la realización de una Cumbre de las Américas, que lo menos que pide es un trato igualitario y diferente para este Continente, que ha sido explotado en sus materias primas y conducido a una pobreza sin límites.

En Brasil probablemente vuelva a ganar Lula y en Colombia el candidato de la izquierda Gustavo Pedro. Todo esto plantea una nueva relación, por lo que la actitud del Presidente López Obrador ha tenido la solidaridad de diversos países para que la Cumbre de la Américas sea absolutamente incluyente y de ahí surja a una nueva relación.

Para el Presidente Biden es un problema delicado, pues en lo interno tendrá problemas en las próximas elecciones de noviembre y la presencia del Presidente cubano Miguel Díaz-Canel en la Cumbre, podría traerle consecuencias negativas para la elección del nuevo Congreso norteamericano, porque los cubanos de Florida representan –sin duda— una fuerza política importante para los Republicanos principalmente, pero también para los Demócratas.

La disyuntiva es complicada, pues Biden tiene que pensar en la elección interna, pero también en su política comercial en el mundo, ante el avance imparable de la China de Xi Jinping.

En suma, América requiere una unidad continental fundamentada en una mayor igualdad y mayor respeto a las soberanías nacionales.

Con los Estados Unidos, los mexicanos podemos ser aliados sí, comparsas no.

POR ALFREDO RÍOS CAMARENA

CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM

PRESIDENTE DEL FRENTE UNIVERSITARIO LATINOAMERICANO (1958-1962)

VICEPRESIDENTE DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICA

MAAZ