AMITAI es una empresa especializada en el desarrollo de sistemas de evaluación computarizado vía web, esta compañía en conjunto con la Iniciativa de Transparencia y Anticorrupción del Tecnológico de Monterrey, presentaron, la mañana del 12 de mayo del año en curso, la tercera edición del estudio “Tendencias de Honestidad en Latinoamérica”, que lleva efectuándose, desde 2018 y muestra los resultados de la prueba aplicada en 10 países de América Latina, entre los que se encuentra México.
Las variables analizadas en el documento en 2022 fueron: robo, soborno, lealtad, fraude, violencia y acoso sexual, dicho estudio fue aplicado a empleados y candidatos de zonas urbanas, a quienes se les presentaron diversas preguntas, incluidas, las relacionadas a la percepción sobre situaciones y decisiones de sus empresas durante la pandemia por el COVID-19.
Posteriormente, la información se incorporó a un modelo de ciencia de datos, con cruces de información, tanto con las dimensiones, como con los resultados de otros años, y otros estudios similares de otras organizaciones, a través de Big Data, con el objetivo de llevar a cabo, un análisis más profundo de la relación con los efectos del COVID-19.
Dentro de los hallazgos más relevantes se pueden destacar:
El soborno como el indicador que presentó el mayor incremento en justificación en este periodo de dos años, con un preocupante 68%.
En lo que se refiere a México, sigue siendo el país más violento de Latinoamérica, pero lo más alarmante, es que, uno de cada 3 mexicanos, justifica la violencia para resolver sus diferencias.
Con relación al acoso sexual, este se ha convertido en un problema importante, ya que, en los 10 países analizados, se incrementó el porcentaje de personas que lo justifican, lo que demuestra que el respeto hacia las mujeres es un dato que parece estar directamente correlacionado con el desgaste que el tejido social ha presentado en diversas comunidades del continente en los últimos años.
Por todo ello, también se puede afirmar que la violencia y el acoso sexual tienen una correlación del 43% de los casos, lo que indica que la violencia de género y todas las ramificaciones de la inseguridad pudieran reducir significativamente sus alcances de atenderse la comunicación entre los hombres y las mujeres en la región y, sobre todo, los métodos para solucionar los conflictos derivados de las relaciones interpersonales.
Otro de los cambios significativos respecto a estudios anteriores, es la pérdida de lealtad, ya que, en todos los países, el 60% de los empleados justifica actos desleales que podrían traducirse en actos ilegales fortaleciendo la corrupción dentro del conjunto de instituciones que conformen, ya sea el aparato público o la esfera privada, lo que al final de cuentas, se traduce en una fuga de capitales o una administración pública menos eficiente.
Mientras en lo relacionado al fraude en 2021, en los 10 países analizados se presentó un crecimiento mayor al 65% respecto al 2018, esto coincide con el estudio de PwC de 2020, sobre delitos y fraudes económicos que indica que el 47% de los encuestados indicó haber sufrido uno.
Por último, los investigadores de este estudio explicaron que, en la edición de este año, se muestran diversas actitudes de la sociedad que los ciudadanos comienzan a normalizar, como lo sucedido en el estadio de fútbol en Querétaro, los altos números de feminicidios en muchas regiones del país, las masacres a manos de la delincuencia organizada en muchos estados de la república y una larga lista de casos como estos. Pero lo peor de este fenómeno, no solo es que se normalicen esta clase de sucesos, sino que además se justifiquen y de acuerdo con esta interesante herramienta de conocimiento, así ha sucedido.
Para el conjunto de naciones que han sido examinadas y en especial para el caso de México, la situación es crítica, ya que el futuro del tejido social no pinta nada bien, si es que antivalores como la cultura de la ilegalidad se justifica y se lleva a cabo de manera cotidiana, además, este proceso de descomposición al parecer no ha decrecido y sigue alterando otros aspectos de la vida pública y productiva del país. Los cambios culturales tardarán mucho tiempo en hacerse presentes pero son indispensables para generar bienestar sostenido.
POR LUIS MIGUEL MARTÍNEZ ANZURES
PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
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