SILBATAZO INICIAL

Fracasos rotundos

Para mí, los grandes son aquellos que tienen proyectos sólidos de cara al futuro y que llevan por lo menos de 10 años llegando a finales cristalizadas por títulos

OPINIÓN

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José Eduardo Iga / Silbatazo Inicial / Opinión El Heraldo de México

Siempre serán objeto de discusión los parámetros que definen qué equipos ostentan la etiqueta de grandes en el balompié. Si quienes presumen un pasado glorioso, aunque su presente sea sombrío, o aquellos que cuenten con una afición más numerosa. O aquellos que se quedaron en la prehistoria presumiendo un número de títulos, aunque estén muy lejos de volver a repetir una hazaña de tal envergadura en el mediano o, incluso, largo plazo.

Para mí, los grandes son aquellos que tienen proyectos sólidos de cara al futuro y que llevan por lo menos de 10 años llegando a finales cristalizadas por títulos. Bajo esa consigna, Chivas y Cruz Azul tienen un mote de históricos, más su grandeza se encuentra en duda, aunque algunos entes de los medios de comunicación
pretendan vender lo contrario.

Guadalajara, eso sí, dio una cara decorosa ante el campeón del futbol mexicano, pero invadida de una dosis de su realidad, no sin antes atravesar una emoción efímera de algunas semanas orquestada por Ricardo Cadena, técnico interino, que le cambió la cara anímicamente, sobre todo, al escuadrón de Verde Valle. Porque, aunque tuvieron una racha de cinco victorias consecutivas para cerrar el campeonato, cuando se pase esa inercia positiva seguramente volverán al antagonismo general que demuestran los últimos años. De hecho, estoy seguro de ello. El tradicionalismo histórico de jugar con puro mexicano es, en cierta parte, loable ante la muy poca oportunidad que los demás brindan al talento nacional, pero esto los pone en desigualdad de condiciones, porque si Chivas quiere a los mejores mexicanos, los demás equipos les inflan el valor en el mercado y no todo se puede construir en unas fuerzas básicas. O cambian de modelo sacrificando una esencia de obsolescencia probada, o la afición seguirá degustando las mieles amargas del fracaso cada seis meses. Un lustro sin quedar campeón y dos títulos en el milenio.

Cruz Azul es el otro ejemplo de cómo no conducir un equipo de futbol. Los escándalos extra cancha siguen rondando a la noria y aquel campeonato obtenido hace un año no es más que los ecos de la buena gestión de Ricardo Peláez, que ya se fue y con él, han ido corriendo jugadores que estaban por cimentar un proyecto importante. Todavía cuentan con una plantilla interesante pero para ellos, por lo mismo, su fracaso se hace más evidente. No le pudieron ganar a Tigres que los superó en la ida más allá de tener un hombre menos todo el segundo tiempo, y en la vuelta se repitió la historia. Un hombre más la mitad de la serie y no pudieron. Más allá de tener dos pelotas a los postes, inverosímil que los felinos los hayan paseado por algunos lapsos del segundo tiempo y Sebastián Jurado también apareciera de forma loable en algunas jugadas. Cruz Azul deberá plantear seriamente qué hará con el cuerpo técnico con el que incluso quedando campeón, generaba muchas dudas por el futbol tan mezquino que practicaban. En fin. A disfrutar de las semifinales. Se impuso la justicia deportiva y están en ellas los cuatro primeros de la tabla.

POR JOSÉ EDUARDO IGA
TITULAR DE ARREBATO DEPORTIVO EN EL HERALDO RADIO TORREÓN
@JOSE_IGA