ANÁLISIS

Hacia la Cumbre de las Américas

Hipótesis sobre las causas de empantanamiento de la importante reunión continental

OPINIÓN

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Rodrigo Guerra López / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La Cumbre de las Américas es una reunión que se realiza aproximadamente cada dos años, en la que los presidentes de todos los países del continente se reúnen para intentar fortalecer algunas estrategias comunes que permitan mayor desarrollo. En esta ocasión, la Cumbre se realizará del 6 al 10 de junio de 2022 en Los Ángeles, California, bajo el tema: “Construyendo un Futuro Sostenible, Resiliente y Equitativo”.

Habrá foros simultáneos con líderes empresariales de pequeñas y medianas empresas, con organizaciones de la sociedad civil y con jóvenes. A tres semanas de la Cumbre todo parece empantanado. Aún no se han enviado las invitaciones formales. En las reuniones preliminares el tema migratorio no ha aparecido como punto de agenda, suscitando así incomodidad entre varios países. Estados Unidos, al parecer, no desea correr la invitación formal a Cuba, a Nicaragua y a Venezuela (por sus peculiares formas de entender la “democracia”). México, Bolivia y Honduras han declarado que no asistirán si se omite la invitación a Díaz-Canel, Ortega y Maduro. Algunos países caribeños han anunciado boicot si se invita al opositor venezolano Juan Guaidó.

Por su parte, Jair Bolsonaro parece haber sacado el evento de su agenda por los eventuales cuestionamientos que pudiera recibir respecto del próximo proceso electoral, y por la falta de interés norteamericano en materia de inversión en Brasil. ¿Por qué sucede esto? Tengo la impresión que se debe a tres cosas íntimamente interconectadas: en primer lugar, a una falla de los organizadores en la comprensión de los intereses actuales de las naciones latinoamericanas.

Es claro que la CLAT (Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños) no simpatiza con la OEA ni con el tradicional liderazgo norteamericano en el continente. Las señales de solidaridad del gobierno de México con gobiernos como el de Cuba, son por demás evidentes y lentamente el Presidente López Obrador siembra las semillas de un nuevo tipo de unidad latinoamericana.

¿Los organizadores de la Cumbre de las Américas conocen a detalle los efectos que provocó la falta de simpatía de la administración Trump por América Latina? En segundo lugar, cuando uno mira la agenda temática de la Cumbre, es claro que la comprensión de la identidad profunda latinoamericana parece no existir. Temas como “resiliencia y salud”, “futuro verde”, “transición a energías limpias”, “transformación digital” y “gobernabilidad democrática”, seguramente son importantes.

Sin embargo, el tema de la migración, de las pobrezas, de la violencia, de una “ecología humana”, de la mujer, y del papel de las iglesias en la restructuración del tejido social, pareciera ser irrelevante. Finalmente, los organizadores de la Cumbre de las Américas necesitan entender que una nueva visión hemisférica, requiere de un nuevo método de construcción de acuerdos. Un nuevo método que, entendiendo la diversidad política y cultural de “las Américas”, construya un “sueño” que motive a todos a redescubrir las razones para pensar en una nueva forma de cooperación entre las naciones. Por cierto, un método que parta de las periferias y desde la base para que el pueblo sea su verdadero protagonista.

POR RODRIGO GUERRA LÓPEZ
SECRETARIO DE LA PONTIFICIA COMISIÓN PARA AMÉRICA LATINA
RODRIGOGUERRA@MAC.COM

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