El emporio de fe y política Casa Sobre la Roca, por su organización fachada “Comisión Unidos contra la Trata”, finalmente será investigada. La decisión fue anunciada el pasado 11 de mayo por la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez y de antemano se puede decir que es una decisión histórica.
El registro de violaciones y abusos sexuales de menores en refugios de esa organización fue investigada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Los resultados están expuestos en la Recomendación 72/2022 y apuntan a la responsabilidad de esa organización compartida con los gobiernos estatales de Eruviel Ávila, en el Estado de México y de Rubén Moreira, en Coahuila, así como al hecho de que la activista a cargo huyera del país.
Mezcla de política, negocios y fe, Casa Sobre la Roca es una iglesia de tipo neopentecostal que opera como asociación civil en torno a la cual han crecido negocios de producción audiovisual, distribución de artículos y otros servicios, así como asociaciones civiles destacadamente relacionadas con la atención a víctimas de trata.
Bajo el liderazgo del matrimonio Alejandro Orozco y Rosa María de la Garza, quien usa el apellido de su esposo y es conocida como Rosi Orozco, la organización floreció en el sexenio de Felipe Calderón, cuando obtuvieron cargos públicos, administraron los recursos de la Asistencia Pública, se encargaron de ejecutar el dinero decomisado a Zhenli Ye Gon y hasta se quedaron en comodato con la mansión en Las Lomas, de Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”.
Cada sesión de culto, los domingos en el Centro Banamex, la multitud celebraba con aleluyas y amenes los sermones que hasta el propio Calderón llegó a dirigir a una feligresía en la que había cientos de servidores públicos y mandos de seguridad, incluida la entonces poderosa subprocuradora, Dilcya Samantha Espinosa de los Monteros, así como militares de rango y colaboradores de Genaro García Luna y Marisela Morales.
El sexenio acabó con Rosi Orozco como diputada federal con licencia para ser candidata al Senado por el PAN y con su marido, Alejandro Orozco, al frente del Inapam. Aunque perdió, para entonces llevaban una década operando y su expansión se patentaba en todos los estados, en las principales ciudades, e inclusive, los Orozco lograron abrir congregaciones en el extranjero.
Con la llegada del PRI al poder en 2012, buscaron reorientarse y si ya no tenían el asidero presidencial, encontraron un aliado eficaz en la Secretaría de Gobernación que encabezaba Miguel Ángel Osorio Chong. Con ese aval y la bandera de erradicar la trata, lograron fortalecer su presencia territorial y conseguir presupuestos en los estados. Eruviel Ávila en el Estado de México y Rubén Moreira en Coahuila, fueron cercanos y permisivos con los Orozco.
Y es que nadie le hace el feo a una fuerza electoral como la evangélica, capaz de imbuir en las feligresías un sentido fundamentalista determinado a divulgar la doctrina y promover el voto. Pero los Orozco iban más allá: sirvieron como ariete electoral, por ejemplo en Tlaxcala, donde Rosa María de la Garza, ya separada del calderonismo, desató una campaña negra contra la panista Adriana Dávila, candidata a la gubernatura en 2016, manchándola con acusaciones de relación con tratantes que nunca tuvieron sustento pero surtieron efecto electoral.
Desde 2009, activistas de la Red Nacional de Refugios hablaban de Casa Sobre la Roca. Lo hacían con temor, en secretos a voces que apuntaban al poder desmedido, al proceder gansteril y a la ausencia de protocolos en el cuidado de víctimas, al grado de exponer a menores al público para relatar sus historias.
Pero la estrella dejó de brillar para el matrimonio con el gobierno de López Obrador. El 21 de mayo de 2019, el llamado Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado anunció que le retiraría el comodato de propiedades de alta plusvalía, al menos cuatro, que acumularon desde el sexenio de Calderón y que servían inclusive de vivienda para el matrimonio que hasta 2002, se dedicaba a vender seguros en la zona de Lindavista.
En esos días de 2019, el presidente López Obrador insistía en que las organizaciones de la sociedad civil eran instrumentos de los sectores más conservadores de la sociedad y aunque la generalización es un exceso, Casa Sobre la Roca y sus fachadas eran un ejemplo claro de eso.
Las consecuencias que por ahora se demuestran son la violación de niños pero hay en todo el tinglado de operaciones muchísimo más. Por eso el anuncio de la secretaria Rosa Icela Rodríguez es tan relevante e histórico, toda vez que pone en la mira a una secta que ostentó tanto poder y tuvo tanta influencia durante dos sexenios.
Posdata:
En diferentes oportunidades este espacio se ha referido al caso de la colega Lourdes Mendoza y las acusaciones que sobre ella arrojó el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin. Tenaz como es, fue Lourdes quien lo exhibió cenando alegremente en el Hunan episodio que, nadie lo duda, resultó en su check in en el Reclusorio Norte. Ayer, Lourdes dio a conocer que ganó la demanda por daño moral contra el exfuncionario con lo que su buen nombre queda limpio y muestra una vez más a Lozoya como falsario. Enhorabuena.
POR ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA
COLABORADOR HERALDO RADIO
@ARTURO_RDGZ
MAAZ