COLUMNA INVITADA

La aviación y la confianza que le depositamos

Pocos reflexionan sobre la cantidad de personas que trabajan para hacer posible un solo viaje. Al final, es un ejercicio de confianza inconsciente sobre la seguridad que el pasajero le deposita a todo un sistema, desde el operador de la torre de control hasta los pilotos del avión

OPINIÓN

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Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador / Opinión El Heraldo de México FOTO: El Heraldo de México Créditos: El Heraldo de México

En México, al año aproximadamente entre 35 y 50 millones de pasajeros, extranjeros y nacionales, hacen uso del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (ambas terminales), según datos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Siguiendo esta línea, alrededor de 425 mil vuelos aterrizan y despegan en este aeropuerto anualmente.

Estas estadísticas ayudan a visualizar la seguridad que existe en torno a dicho método de transporte, pero las recientes noticias sobre el posible accidente catastrófico entre dos aviones de Volaris y la aproximación frustrada de un vuelo de Aeroméxico ponen en duda para muchos la situación actual, respecto a la seguridad de la aviación mexicana en la Ciudad de México.

Para otros, los recientes hechos cayeron, según una famosa frase: “como anillo en el dedo”, ya que a partir de estos sucesos se está planteando la idea de mover más vuelos de distintas aerolíneas al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. Cabe mencionar una cosa, este tipo de acontecimientos son más comunes de lo que parecen, pues no hay quien no conozca a alguien que haya vivido aterrizajes abortados o eventos parecidos. No obstante, la posible colisión entre dos aviones, sea en el aire o en la pista, sí enciende alarmas. Específicamente, no son tan ordinarios los casos de posibles colisiones como el caso de Volaris.

Para muchos volar es algo normal, no es más diferente que viajar en carro o camión, es el medio más eficaz y seguro para llegar a un destino. Ahora bien, que pasa si uno se pone a pensar en todo lo que hay detrás de un vuelo eficiente. Pocos reflexionan sobre la cantidad de personas que trabajan para hacer posible un solo viaje. Al final, es un ejercicio de confianza inconsciente en el que el pasajero le deposita su seguridad a todo un sistema, desde el operador de la torre de control hasta los pilotos del avión.

Y es que no es poca cosa. Diversos estudios han puesto la profesión del piloto como una de las más estresantes de la actualidad, pero no se piensa en eso al momento de subirse al avión. Tampoco se piensa en el cambio del espacio aéreo que para algunos analistas representa un peligro y aumenta las posibilidades, que está de paso decir son pocas, de una posible colisión, aunque no se necesita más de una para hablar de una verdadera tragedia.

Por último, pero no menos importantes, están los controladores aéreos, con una labor que requiere una enorme concentración y de la cual ya varios han denunciado pobres condiciones y una relación frágil con Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam).

Así que sólo queda reflexionar, sin dejar a un lado el pensamiento crítico. El nuevo aeropuerto ya está, aunque no se quiera, y las nuevas rutas difícilmente serán cambiadas. Al momento de abordar un avión, no está de más confiar en el personal que, supuestamente, está preparado para hacer llegar a la gente sana y salva a sus destinos. Al mismo tiempo, la ciudadanía está en todo su derecho para alzar sus cuestionamientos sobre la situación actual de todo este proceso, pues, su seguridad es la máxima prioridad.

Por Ignacio Anaya Minjarez 

@IgnacioAnay

 

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