COLUMNA INVITADA

La relocalización de las cadenas de valor en el mundo: La oportunidad que México esperaba

La trazabilidad de las economías en el mundo está cambiando a un ritmo nunca visto. De igual manera, pareciera que la incertidumbre

OPINIÓN

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Luis Miguel Martínez Anzures / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La trazabilidad de las economías en el mundo está cambiando a un ritmo nunca visto. De igual manera, pareciera que la incertidumbre y la inflación en todo el orbe mundial comienza a ser un síntoma característico de estos años y los que seguramente están por venir. Pero los tiempos de cambio también significan oportunidades potenciales de crecimiento económico, si se saben interpretar a tiempo. Por esta razón, es que quizás el gobierno mexicano busca aprovechar la tendencia global del nearshoring, es decir, la relocalización de plantas y fábricas que forman parte de cadenas de valor globales interconectadas a puntos geográficos más cercanos a su casa matriz. Este fenómeno parece acelerarse a medida que las nuevas medidas del TMEC empiezan a consolidarse en esta zona del continente. 

Al respecto, en semanas recientes empresas norteamericanas que padecieron disrupciones en sus plantas en Asia por la pandemia, han comenzado a buscar lugares más cercanos a sus centrales para reubicar este tipo de instalaciones, lo que pudiera beneficiar a México por su cercanía con Estados Unidos y gradualmente empujar su capacidad de respuesta económica ante la inflación que se vive en estos días. En este sentido, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, declaró en una conferencia el jueves de la semana pasada organizada por la Americas Society Council of the Americas (ASCOA), lo siguiente:  

“La estrategia consiste en visualizarlos y saber que ahí hay un potencial, entonces trabajar para, no solamente reforzar esos flujos que ya existen, sino hablar con las empresas y darles la seguridad de que aquí es una inversión de largo plazo la que pueden tener. El tratado de libre comercio nos da una muy buena base porque nos da la certidumbre del acceso al mercado más grande del mundo”.  

Además de estos factores, la invasión rusa en Ucrania se ha convertido en una segunda razón por la que empresas buscan reubicar sus plantas en mercados emergentes en donde la mano de obra sea de bajo costo, pero los riesgos de disrupciones sean menores. Al respecto, es clave para entender esta situación lo que la secretaria del Tesoro de EE UU, Janet Yellen, dijo en declaraciones recientes mencionando que el nuevo comercio y producción global debe ser entre “socios de confianza”, aludiendo a las sanciones y presiones económicas en contra de Rusia, en donde empresas globales tienen operaciones. Está claro, en este sentido, que la nueva correlación de empresas que generen empleos en el mundo de corte trasnacional se dará en el bloque occidental tratando de estirar al máximo la liga de la economía internacional.  

Por ello, es importante tener en cuenta que México exporta el equivalente al 39% de su producto interno bruto (PIB), de acuerdo con la información oficial dada a conocer por el gobierno federal. Además de acercarse con empresas para atraer nuevas cadenas de valor, el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador adquirió 10 parques industriales en el sureste del país, los cuales planea conectar a vías principales a través de carreteras y ferrocarriles, para atraer a nuevos inversionistas en dicha región. El plan desde esta perspectiva no suena mal y podría (de llevarse a cabo, con detenimiento y eficiencia), catapultar a la región del sureste de México hacia nuevos horizontes, más promisorios en el futuro inmediato. Por encima de zonas económicamente atractivas en el presente pero secundarias en los siguientes años como pudieran ser Taiwan o Singapur.    

¿Que se requiere para que esta transformación pueda ser una realidad? 

Además de la suma de voluntades de muchos actores políticos de diferentes niveles de gobierno y empresarios regionales e internacionales, es clave lo que destaca el secretario de Hacienda:  

“La infraestructura física la tiene que poner el Estado y después vienen los grandes proyectos. Y en los grandes proyectos estamos hablando con cada empresa que tiene un proyecto importante y que tiene necesidades específicas y vamos a tratar de responder positivamente dentro de nuestro marco normativo y fiscal a las necesidades que tenemos que dar incentivos”. 

Y es que sin los incentivos adecuados la dinámica del mercado nacional no conseguirá acelerar su crecimiento al ritmo que la presión externa está exigiendo cada vez más. Hay que acelerar el crecimiento de la infraestructura nacional.   

Luis Miguel Martínez Anzures  

PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 

MAAZ