COLUMNA INVITADA

Inflación mundial

Desde el comienzo del año, los precios se incrementan a un ritmo acelerado en la mayoría de las economías

OPINIÓN

·
Luis David Fernández Araya / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

El incremento de los precios de todo tipo de recursos naturales y de suministros y componentes tecnológicos, como consecuencia de los efectos contractivos de la pandemia sobre la oferta de ambos y de la recuperación posterior de la demanda global, ha generado un aumento de los costes de producción, que se traslada finalmente a la inflación general de la economía.

Sin embargo, por el momento se trata de una repercusión limitada, como revela la trayectoria reciente del índice de inflación subyacente. Pero las presiones inflacionistas ejercen un efecto negativo sobre la recuperación económica por cuanto merman la capacidad de compra de los hogares y comprimen los resultados de las empresas. Y factores como la duración del stock de costes externos y de los cuellos de botella en semiconductores, así como la posibilidad de que las expectativas se desanclen, generando revisiones de precios y salarios, podrían alterar las perspectivas actuales sobre la evolución de la inflación. En este sentido, el papel de los bancos centrales y su credibilidad serán determinantes para mantener los precios en niveles de estabilidad.

Desde el comienzo del año, los precios se incrementan a un ritmo acelerado en la mayoría de las economías avanzadas. El IPC deja atrás las tasas negativas registradas durante la pandemia para superar los objetivos fijados por los bancos centrales.

Analistas pronostican el retorno de la inflación como uno de los principales desafíos para la política económica, quebrando la senda de “gran moderación” registrada en lo que llevamos de siglo.

La variación interanual del indices de precios al consumo (IPC) ha seguido una senda creciente desde el inicio del año, el IPC ha pasado de valores negativos en febrero hasta 3,3% en agosto.

El resultado ha sido similar en el resto de la eurozona, y por ejemplo en Alemania el incremento interanual del IPC roza el 4% según los últimos datos disponibles. Mientras tanto EU registra una tasa superior al 5%.

Estos resultados son todavía moderados con respecto al periodo de fuerte inflación de los años setenta, por lo que son también ligeramente inferiores a los niveles de inflación observados durante la etapa de expansión que precedió la crisis financiera. El índice internacional de los metales se ha incrementado 26% en lo que va de año, y el de los productos alimentarios 14,4%. La energía también se dispara, con un alza de 35%, especialmente en el segmento del gas.

Este ciclo alcista refleja, en primer lugar, el carácter abrupto de la recuperación mundial, durante el “gran confinamiento” la oferta se contrajo en sectores clave como el de componentes tecnológicos. En segundo lugar, la pandemia ha acelerado transformaciones estructurales que la precedían, como la digitalización o la transición energética.

Los planes de estímulo, en consonancia con la toma de conciencia de las con-secuencias del cambio climático, hacen hincapié en las energías renovables y la descarbonización de la economía.

Esta transición también contribuye a explicar el incremento de la demanda de metales, como el cobre, el cobalto, el manganeso o el litio, entre otros.

POR LUIS DAVID FERNÁNDEZ ARAYA
ECONOMISTA

PAL