ANOREXIA CEREBRAL

De noche no se toman decisiones

El viento más destructivo no es aquel que se crea en los cielos; el más devastador se empieza a formar, se configura y se dispara desde la cumbre de nuestro cerebro

OPINIÓN

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Tesi Tafich Romo / Anorexia Cerebral / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El día que llega el huracán hay que intentar no volar. Cuando todo se sale de control, es importante arraigar bien los pies a la tierra, cerrar bien puertas y ventanas, y esperar a que pase el ventarrón.

El viento más destructivo no es aquel que se crea en los cielos; el más devastador se empieza a formar, se configura y se dispara desde la cumbre de nuestro cerebro.

Como lo he dicho, todos en algún momento somos provocadores o víctimas de huracanes.

Diferentes situaciones o circunstancias que consideramos humillantes, invasivas, agresivas y muchas veces inexplicables arrasan con nuestra paz y nos orillan a romper nuestro equilibrio (porque nadie es capaz de afectarlo, pero las situaciones nos obligan a nosotros mismos a hacerlo), destruyendo en mil pedazos todo lo que hemos vivido, lo que hemos construido y lo que amamos.

Cuando nos dejamos llevar por el enojo y la tensión, estamos provocando un infalible remolino personal, el cual, se define por una sobredosis de adrenalina excesiva, que causa una ceguera profunda debido a la tierra que levanta, y por consecuencia, vivimos una pérdida de dimensión.

Siempre llega el huracán personal, ¡siempre! Y cuando sucede, es imposible tomar decisiones de nuevos vientos debido a la falta de claridad y visión que tenemos en esos momentos, ya que la molestia que estamos experimentando paraliza todo tipo de entendimiento racional y destruye el amor.

Por eso es tan importante trabajar el cerebro y aprender a blindarlo.

Un método que me ha funcionado bastante es la técnica de suspensión, intentar salirme del escenario del drama, tratar de mirar la situación desde afuera y de esta manera aprender a esperar a que pase el tornado. Aprender a mantenernos en la incomodidad.

Y una vez que estamos suspendidos, entonces sí permitir que entre la noche, que se baje el telón del día sin tomar ningún tipo de decisión, pues como decía mi abuela: "De noche no se toman decisiones".

A la mañana siguiente, con un nuevo día de frente, con otras ideas y con más claridad, podremos actuar de una manera más sensata y tomar decisiones.

Porque las que se toman desde la ira son las más peligrosas, son las que una vez expuestas, ya no son reversibles, son en las que ya no encontramos marcha atrás, en las que el ego juega un papel importantísimo, porque al principio nos hace creer que lo hemos hecho fantástico, que no hemos cometido ningún error, y es el que nos ayuda a ocultar y reconocer que hemos fallado.

Sin duda, soy una fiel creyente de que la vida está hecha de detalles, pero así mismo, ésta se construye a base de decisiones.

TESI TAFICH ROMO
tesi@frontdesk.mx
IG: @tesitafich

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