o me puedo imaginar el dolor que viven miles de mujeres que buscan a un hijo o hija desaparecidos. Ayer, 10 de mayo, fuimos testigos de otra marcha anual de madres, de diferentes estados del país, para manifestarse contra la autoridad para exigir información de sus familiares. Demandan poner fin a las desapariciones forzadas y asegurar que las víctimas tengan acceso a la verdad, justicia, reparación integral y garantías de no repetición.
Ocho años consecutivos de la Marcha por la Dignidad Nacional: madres buscando a sus hijos, hijas, verdad y justicia. Con lágrimas en los ojos y fotografías de sus familiares, sobreviven por la esperanza de obtener alguna respuesta sobre su paradero. De acuerdo con el Comité de las Naciones Unidas Contra la Desaparición Forzada, del 26 de noviembre de 2021, señala que hay más de 95 mil 121 registradas oficialmente como desaparecidas. Todos los días desaparecen más, pero son las madres, esposas y familiares quienes realizan las búsquedas, prácticamente sin ayuda de las autoridades.
La desaparición sigue siendo generalizada en el país, cada una de las víctimas está hundida en una impunidad casi absoluta. A esta situación hay que añadir a más de 52 mil cuerpos no identificados de personas fallecidas. Y si las madres pudieran saber que su familiar está muerto y no desaparecido, ¿tendrían consuelo? El Comité de la ONU pide al Estado la adopción e implementación de una política nacional de prevención y erradicación de las desapariciones.
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Señaló a funcionarios públicos y al crimen organizado como los responsables. Urgió a las autoridades mexicanas a localizar rápidamente a estas personas, y a identificar a aquellas fallecidas, así como tomar medidas para investigar todos los casos.
¿Cómo podría el Estado mexicano prevenir o erradicar las desapariciones forzadas? En México estamos sumidos en una grave crisis humanitaria, donde miles de personas han desaparecido a manos de la delincuencia organizada, corporaciones policiacas y el Ejército mexicano. La corrupción y la impunidad siguen reinando en 2022. El Comité afirma que entre 2006 y 2021 ha habido un crecimiento exponencial de las desapariciones, agravado por la pandemia del COVID-19, durante la cual han desaparecido todavía más niños, niñas y mujeres.
Vivimos en un México negro, terminan los viejos y empiezan los nuevos gobiernos, pero las cifras de muerte y desesperanza siguen aumentando. Tenemos un sistema de justicia con 98 por ciento de cifra negra de impunidad.
Así cantan las mujeres: “Hijo, escucha. Tu madre está en la lucha”, “¿Por qué los buscamos? Porque los amamos”, “¡Ahora las madres no festejan, ahora las madres luchan” , “¿Dónde están, dónde están, nuestros hijos dónde están?”, fueron algunas de las consignas que repetían cientos de personas en la avenida Paseo de la Reforma.
POR JORGINA GAXIOLA
JORGINAGAX@GMAIL.COM
@JORGINA_GAXIOLA
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