DESDE AFUERA

Ni un día más, ni un día menos

El grupo en el poder ya se prepara para llevar a las casillas a tantos votantes como puedan y por los medios que sean necesarios

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El referendo en torno a la llamada revocación de mandato está en el centro de un debate que algunos creen, carece de razón de ser y otros, en el exterior, temen sea una fuente de inestabilidad.

Para muchos en México, la consulta misma sólo tiene una función real: refrendar el mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador. El mandatario y sus aliados presentan la votación como la oportunidad para que los electores se pronuncien respecto a su gobierno y hasta logren su remoción, si perdieran el sufragio.

Pero la verdad, como cualquier grupo en el poder, ya se preparan para llevar a las casillas a tantos votantes como puedan y por los medios que sean necesarios. Y de hecho, parecen preparados incluso a atribuir cualquier posible problema a las acciones o falta de ellas del Instituto Nacional Electoral (INE).

Pero fuera del país el escepticismo es considerable. Más bien, menos que un ejercicio democrático se le contempla como una maniobra del partido de gobierno para exaltar la popularidad de López Obrador y quizás justificar eventualmente una prolongación de su mandato.

Cierto o no, eso es suficiente para provocar el nerviosismo de muchos.

López Obrador ha sido señalado como un gobernante que se ha dedicado a centralizar el poder y, al mismo tiempo, erosionar todos los organismos independientes o descentralizados, que de una forma u otra ofrecen contrapesos al poder del Ejecutivo y poseen un grado de independencia.

De acuerdo con Shannon O'Neil, del Council on Foreign Relations de Nueva York, "la democracia mexicana se desmorona bajo López Obrador".

Al entrar en la segunda mitad de su mandato presidencial de seis años, escribió O'Neil, López Obrador "está pasando de manipular a violar las normas políticas e incluso las leyes, poniendo en peligro la democracia de México".

Para el Wilson Center, uno de los principales centros de análisis de Washington, "el tumulto político está en el horizonte, independientemente del nivel de participación y los resultados" que en esa opinión "simplemente determinarán el grado y el tipo de inestabilidad que se producirá".

En ese análisis, "es probable que los resultados no vinculantes aviven más ataques contra el Instituto Nacional Electoral, erosionando aún más un pilar importante de la democracia de México. Los resultados vinculantes podrían traer consecuencias mucho más graves: AMLO podría instrumentalizar los resultados favorables para expandir su poder (o su mandato) o anular los resultados desfavorables, negándose a renunciar al poder".

El hecho es que el referendo difícilmente va a convocar tantos sufragios como en 2018, aunque la verdad, es un voto innecesario: López Obrador tiene un contrato con el país que para bien o para mal, guste o no, estemos de acuerdo o no con él, vencerá formalmente el 30 de septiembre de 2024.  

Ni un día antes ni uno después. Y así debe respetarse.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

MAAZ

 

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