AGENDA LEVANTINA

Negociaciones y sus sombras

En dos cumbres, Palestina quedó relegada a un estatus accesorio; los asentamientos en la anexión de facto de Cisjordania quedó fuera de la discusión

OPINIÓN

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Marta Tawil / Agenda Levantina / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

¿Está tomando forma un nuevo eje en el Medio Oriente? En las últimas dos semanas se ha desarrollado en la región una reorganización diplomática, a la sombra de las mediaciones y conversaciones internacionales en torno a Ucrania. El 22 de marzo el primer ministro israelí, el príncipe heredero de Abu Dabi y el Presidente egipcio se reunieron en Sharm el-Sheij.

La reunión cristalizó el descontento con Washington, en tanto las negociaciones en Viena para un acuerdo nuclear con Irán entran en la fase final. Irán, por su parte, hace sus cálculos para beneficiarse de esta situación, vendiendo sus materias primas si se concluyera pronto un acuerdo con Estados Unidos, mientras países y empresas internacionales boicotean el petróleo y el gas de Rusia. Por ejemplo, en 2021 las exportaciones de gas iraní a Turquía alcanzaron máximos de varios años. De hecho, y en parte por esta razón, desagrada a Teherán el reciente plan del Kurdistán iraquí de exportar gas, pues amenaza su posición como principal proveedor de Turquía.

Unos días después, el 28 de marzo, se reunieron en Sde Boker, en el sur de Israel, los jefes de la diplomacia de Estados Unidos, Israel, Egipto, Marruecos, Emiratos Árabes Unidos y Baréin. Para Washington se trató de mostrar un frente unido, especialmente cuando uno que otro de sus aliados, incluidos Israel y Emiratos, han mantenido una posición considerada demasiado indulgente con respecto a Moscú.

En ambas cumbres, Palestina quedó relegada a un estatus accesorio; la construcción de asentamientos en la anexión de facto de Cisjordania quedó fuera de la discusión. No sorprende entonces que, en la realidad de los palestinos y de las poblaciones árabes, las presiones de las grandes potencias occidentales contra Rusia carezcan de credibilidad y resulten frustrantes. Ni el presidente estadounidense George W. Bush, ni el primer ministro británico Tony Blair, ni los primeros ministros israelíes Ariel Sharon, Ehud Olmert o Benjamin Netanyahu, hasta ahora han rendido cuentas por las acciones contra civiles en Irak-Afganistán y Palestina.

Asimismo, las sociedades árabes y palestinas constatan, por un lado, que el movimiento “Boicot, Desinversión y Sanciones” (BDS), creado en 2005 para presionar la ilegalidad de las políticas y la ocupación israelíes, ha sido objeto de una fuerte resistencia por parte de los gobiernos occidentales; algunos inclusive han aprobado leyes “anti-BDS” destinadas a criminalizar la iniciativa. Por otro lado, a la agresión rusa contra Ucrania siguió inmediatamente una lluvia de sanciones sobre Moscú.

Sharm el-Sheikh y Sde Boker brindan las imágenes más recientes de reacomodos que emergen del encuentro de una doble coyuntura: la guerra en Ucrania y el relativo retiro estadounidense de Medio Oriente. En ese ballet diplomático, sin embargo, todo se reduce a intereses económicos y de seguridad, con base en la gran ilusión de que por sí solos harán desaparecer agravios sociales y dobles raseros.

POR MARTA TAWIL
INVESTIGADORA DE EL COLMEX

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