NOTAS SIN PAUTA

En Morena, el triunvirato (I)

Una alianza entre liderazgos morenistas ha convertido la dirigencia formal de Morena en una suerte de triunvirato

OPINIÓN

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Arturo Rodríguez García / Notas sin Pauta / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Una alianza entre liderazgos morenistas ha convertido la dirigencia formal de Morena en una suerte de triunvirato oscuro que controla todo: candidaturas, dirigencias estatales y el presupuesto más grande que haya tenido un partido político en México.

El triunvirato es integrado por el dirigente formal, Mario Delgado, a cuya diestra se ubica el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna y, a la siniestra, el líder de bancada, Ignacio Mier Velazco. Constituyen juntos la facción dominante.

La construcción de proyectos políticos rumbo a la sucesión presidencial reclama definiciones. Las alineaciones están en proceso formativo al interior del partido Morena y, en medio de la disputa entre dos grandes bloques, el de Marcelo Ebrard y el de Claudia Sheinbaum, así como de un emergente Adán Augusto López, se coloca el triunvirato que avanzó primero con la conformación cameral del año pasado, así como con varias gobernaturas sobre las que tiene ascendencia.

Hace unos días, el politólogo morenista, Gibrán Ramírez, detalló en sus redes sociales lo que, siendo secreto a voces, nadie se atrevía a decir: el despropósito de haber designado a Marina Vitela como candidata en Durango, la neomorenista que en 2014, diputada del PRI, votó a favor de la reforma energética cuyo apartado eléctrico Morena quería revertir mientras ella se iba a la brega electoral.

Todavía se recuerda del 2018, en el tercer día de campaña de López Obrador, la rechifla a Vitela por su priísmo reciente y presente en la Laguna, que ameritó la cancelación de su mensaje y la intervención del entonces candidato presidencial para atemperar los ánimos en concurrido mitin en Gómez Palacio.

A cuatro años de distancia, la designación se tradujo en el achicamiento del amplio margen de preferencias que la marca Morena-López Obrador tenía hasta diciembre pasado: de un 10% de ventaja ahora está en empate técnico con la coalición PRI-PAN-PRD, que abanderó al priísta Esteban Villegas.

Durango y su elección se han convertido en el fracaso ejemplar de los triunviros que, con sus encuestas poco fiables por opacas, arrollaron la aspiración del senador José Ramón Enríquez y del veterano de izquierdas Omar Castañeda. Independientemente del resultado electoral, el reclamo subsistente es por la incongruencia de promover “fusilamientos pacíficos” y postular a una entusiasta del Pacto por México, imponiendo de coordinador a Roy Argel Gómez, quien como Vitela es expriísta y votó a favor la energética peñista.

En Hidalgo, se ubica otro caso pues ahí el triunvirato quiso tenderle la cama a Julio Ramón Menchaca, alfil de Ricardo Monreal. Así, dinamitaron la alianza con el Verde. Jugando a la perversidad política, por aquello de conseguir al viejo estilo un acuerdo con Rubén Moreira, terminaron cediendo una muy posible gobernatura al alicaído zacatecano.

El otro triunviro, Sergio Gutiérrez Luna, operó en Oaxaca y fue artífice de la derrota grosera a Susana Harp; también operó la imposición de Mara Lezama en Quintana Roo, por acuerdo con Emilio González Márquez, jefe político de la candidata oficial. Viejas las mañas, notoria incongruencia: Ignacio Mier procede del priísmo vetusto; recién fue recordado por John Ackerman por su aprobación del Fobaproa, tema central del discurso histórico de López Obrador quien, sin embargo, se proyecta pragmático en ese y en el caso del otrora jefe político de Mier, Manuel Bartlett.

Gutiérrez Luna, de conocidas ligas al PAN y al grupo del exgobernador de Sonora, Guillermo Padrés, fue responsable de la estrepitosa caída de unos 60 candidatos el año pasado por su descuido legal, incluidos Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón. Pero su influencia es grande, triunviro al fin, que se quedó en la presidencia de la Cámara.

El triunvirato, no obstante, tiene oposición interna. Destacadamente, los grupos que vienen de antiguas formaciones de izquierdas y algunos heridos que dejan al paso han frenado sus ímpetus desbordados en aspectos relevantes para la sucesión del 2024, pero ese es asunto para una próxima entrega.

Posdata:

El fiscal Alejandro Gertz Manero ha lanzado una indagatoria inadmisible contra el periodista Mario Maldonado. Se trata de uno más de los tumbos que ha dado el fiscal, revelando su intolerancia, su talante autoritario. No es la primera vez. A finales del año pasado supimos que mantuvo abierta la investigación iniciada el sexenio pasado sobre Marcela Turati, una de las periodistas mexicanas más reconocidas en el mundo. Procurador de la censura y el proceso represivo, usa de modo patrimonialista el poder, con una actuación afrentosa al ejercicio de la libre de expresión.

POR ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA

COLABORADOR HERALDO RADIO

@ARTURO_RDGZ

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