Los efectos nocivos que tuvo la pandemia de Covid-19 en la educación en México, fueron muy lamentables como por ejemplo, el incremento en el abandono escolar, amén del problema emocional que provocó en los estudiantes. La educación en línea probó no ser lo suficientemente eficiente y ante toda esta problemática, la constante y el contraste fue un gobierno ausente.
Y ahora, la actual administración pretende imponer un modelo de educación politizada, que a final de cuentas no es educación, sino que más bien se trata de una doctrina que suele imponerse en los sistemas dictatoriales.
El director general de Materiales Educativos de la SEP, Max Arriaga, muy a la ligera, planteó cambiar de tajo el modelo educativo en México, bajo el pretexto de que éste es neoliberal y derechizante que “prepara perfiles neoliberales”, por lo que propuso la Nueva Escuela Mexicana cuya base sería, -de acuerdo a lo dicho por el funcionario-, “el humanismo y el comunitarismo”.
Al igual que en el caso del Tren Maya, este nuevo modelo educativo carece de sustento alguno, es decir, no tiene sustancia en materia educativa y se trata más bien de una lista de enunciados ideologizados, lo cual representa un gravísimo riesgo para el país, que en recientes fechas ha sido guiado por una serie de ocurrencias.
Tratándose de un tema como el de la educación, se supone que debería ser la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez, la que tendría que estar explicando este nuevo modelo que se quiere imponer, sin embargo la titular de la SEP está más ocupada en convertirse en la candidata de Morena al gobierno del Estado de México, posición por la que ya compitió, por eso, en fechas recientes mucho se ha comentado en torno a la inminente salida de la funcionaria de la SEP.
En segundo lugar, insiste en dejar “colgados” a los diputados que en varias ocasiones la ha citado a reuniones para revisar el tema y por toda respuesta, la secretaria Gómez declina las invitaciones y por si esto fuera poco, en cuanto la titular de la SEP anunció la desaparición del programa Escuelas de Tiempo Completo, se esfumó de la escena.
Apenas estaría en sus inicios la implementación de este nuevo modelo educativo y la información es aún muy general. Entre otros de sus puntos, se plantea que haya “fases”,- lo que sea que quiera decir esto-, en vez de los grados escolares a los que estamos acostumbrados.
Por otro lado, en vez de proponer, aunque sea en rasgos generales, planes de estudio y detallados análisis, el subsecretario Max Arriaga señala que, “la rectoría de la educación no está en manos de los empresarios u operada por los actores políticos, la rectoría de la educación la tiene el magisterio y la ejerce por medio de una democracia participativa”.
POR ADRIANA MORENO CORDERO
COLABORADORA
PAL