EL GALEÓN DE MANILA

China y la migración obligada de las cadenas de valor

Existen tres acontecimientos recientes que redefinen la relación económica y política de China

OPINIÓN

·
Gerardo Traslosheros / El Galeón de Manila / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Existen tres acontecimientos recientes que redefinen la relación económica y política de China con el mundo democrático industrializado, especialmente con Estados Unidos. 

El primero, es el incumplimiento sistemático por China de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), como es el otorgamiento de subsidios indebidos, las violaciones a la propiedad intelectual y el dumping predatorio, entre otros, lo que ha dado lugar a un enfado acumulado a través de los años. 

La guerra comercial entre Beijing y Washington, detonada por el expresidente Donald Trump, es un síntoma del problema. La imposición de aranceles punitivos recíprocos, fuera de las reglas de la OMC, se mantiene bajo el actual gobierno de Joe Biden. 

El segundo, es la crisis del Covid-19 originada en China, que llevó a un confinamiento poblacional global que produjo un gran desabasto de bienes, servicios, partes y componentes, con una inflación creciente. Esta escasez se extiende con el rebrote hoy de la variante Ómicron en Beijing. 

La política de evitar contagios a toda costa (llamada "Covid-cero") aunada a la mala calidad de sus vacunas, ha mermado la inmunización de su población y ha reforzado su política de confinamiento, con el resultante nuevo desabasto de productos a nivel global por ser China un centro manufacturero mundial.

El tercero, es la guerra en Ucrania, la cual marca un parteaguas en la seguridad planetaria que nos acerca a la "Tercera Guerra Mundial". China ha sido cómplice de Rusia, por su pacto anunciado previo a la invasión iniciada por el presidente Vladimir Putin y su falta de condena a tal acción. 

En caso de que China decidiera invadir Taiwán, los efectos del desabasto derivados de la imposición de sanciones económicas y de la misma guerra serán resentidos en todo el orbe. Beijing especula con utilizar su poder de suministro y de mercado para disuadir al mundo de intervenir, en caso de que decida iniciar una aventura bélica.

El mundo democrático industrializado no puede depender de la proveeduría de China, de la misma manera, que no puede depender de los hidrocarburos y materias primas de Rusia. Ambos son grandes riesgos que se deben diversificar buscando otras fuentes de abasto. 

Urge una relocalización de buena parte de las cadenas de producción establecidas en China, durante las últimas décadas. Es necesario que el G7 apoye el desarrollo de infraestructura para facilitar el desacoplamiento y la llegada de capitales a destinos como India, el Sudeste Asiático, África, México y Centroamérica. 

China quitó a estas regiones, como competidora desleal, oportunidades de desarrollo, lo que debe ser rectificado por razones de seguridad global. Mientras tanto, México debe dejar de ahuyentar a la inversión privada y aprovechar la coyuntura actual de manera privilegiada por ser socio comercial y vecino del aún principal mercado del mundo.

Gerardo Traslosheros

Jenkins Graduate School y PECC México

MAAZ

 

SEGUIR LEYENDO: 

China y su papel en la resolución en Ucrania

El fin de la globalización y la alianza militar ante Rusia y China

India y China ante el conflicto de Rusia en Ucrania