Con 64 votos a favor (de Morena y aliados) y 44 en contra (de PRI, PAN y PRD), el Senado de la República aprobó ayer, por fin, la designación del exgobernador de Campeche, Carlos Miguel Aysa González, como embajador de México en República Dominicana, con lo que en automático perdió su afiliación como militante del tricolor. Este fue uno de los últimos nombramientos que avaló la Cámara Alta del paquete de embajadores que envió recientemente el presidente Andrés Manuel López Obrador al Senado, y varios se preguntaban: ¿Por qué la demora?
La explicación es simple: el gobierno federal, la 4T, pagó con esta embajada el voto del diputado Carlos Miguel Aysa Damas a favor de la Reforma Eléctrica, y de paso lo ficharon como nuevo integrante de la fracción de Morena en San Lázaro. Aysa Damas es hijo del nuevo embajador y juntos protagonizaron toda una trama de intrigas y traiciones dentro del PRI, sobre todo contra Alejandro Moreno, quien hizo gobernador al padre y diputado al hijo.
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Resulta que en la semana que se votaría la Reforma Eléctrica, asesores del tricolor en San Lázaro se comunicaron con don Carlos Miguel para preguntar si sabía algo de su hijo, porque tenía varios días sin responder los mensajes de su coordinador, Rubén Moreira.
Estaban interesados en saber si se mantenía en la misma línea de votar contra la polémica iniciativa. Pero el padre les dijo que su hijo estaba muy convencido de ir con la mayoría tricolor y en su caso, el nombramiento de embajador (anunciado el 24 de febrero) nada tenía que ver con todo esto. Incluso, les comentó con altavoz abierto que hasta esa fecha (martes 12 de abril) nadie del gobierno federal se había comunicado con él para ratificar su designación como representante diplomático.
E insistió en que su vástago estaba en la misma tesitura del bloque opositor. Al día siguiente (miércoles 13 de abril), el diputado Aysa Damas anunció su rompimiento con el priismo y tres días después (16 de abril) renunció. Lo hizo 24 horas antes de la histórica sesión que todos conocimos. Y votó a favor de la reforma, junto con el bloque de Morena y sus aliados, quienes al final resultaron derrotados por no alcanzar la mayoría calificada.
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Durante la maratónica asamblea, el joven legislador apareció momentáneamente en el pleno junto al coordinador de Morena, Ignacio Mier, mientras la curul que había ocupado como priista estaba vacía. Más tarde, alguien le acercó un iPad y emitió su voto a distancia. Para ese entonces, el priista y paisano de ellos, Alejandro Moreno ya había anunciado que su partido no avalaría el nombramiento de Aysa González, como embajador, tal y como ocurrió ayer en el Senado. Y lo que sigue ahora es oficializar su expulsión del PRI, con lo que concluye un capítulo más de esta trama de enredos y traiciones.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “La traición es una mancha que jamás envejece”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ
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