Si a inicios del siglo pasado nos hubieran asegurado que en el futuro lo que movería las economías y las decisiones tanto públicas como privadas son nuestros datos personales, probablemente no lo creeríamos. Hoy sabemos que el análisis de enormes cantidades de información personal para la mejora de bienes y servicios es una realidad.
Así surgió el Big Data, con el análisis de datos que cobra valor para dar una mejor experiencia a los clientes, que principalmente es utilizado por las empresas del sector privado.
Todos hemos escuchado que a través de estos análisis se perfilan esquemas de comportamiento y predicciones del futuro por parte de las compañías, para posteriormente brindarnos bienes y servicios mejorados y más personalizados.
Pero este estudio de datos no es exclusivo del ámbito privado, pues también puede utilizarse en el servicio público, ante su creciente presencia en el plano digital para el ofrecimiento de trámites y servicios, que eficienta procesos gubernamentales eliminando barreras de espacio y tiempo y generando una nueva relación Estado-sociedad.
Sin embargo, el uso del big data para el perfeccionamiento del gobierno electrónico se encuentra en desarrollo. Es un hecho que puede utilizarse para la implementación y mejora de políticas públicas en beneficio de la sociedad, algo así como el enfoque al cliente utilizado en el mercado, pero ¿de qué manera podemos utilizarlo?
Pues ni más ni menos que en los problemas más palpables de cada sociedad, desde el análisis y creación de mapas de transporte público y guías de tráfico; seguridad pública para la prevención y predicción delictiva; seguridad de mujeres, periodistas y defensores de derechos humanos; predicciones del sistema de salud, y más.
Con ello, incluso podemos transitar a la predicción de temas públicos para su posterior puesta a disposición en formatos y datos abiertos a la sociedad, por lo que este análisis despersonalizado servirá nuevamente a la ciudadanía en la elevación de la calidad de vida y de los servicios públicos ofrecidos por el gobierno.
El proyecto de transporte de Londres y del combate al crimen de Nueva York publicados por el Inter-American Development Bank son ejemplos de buenas prácticas que pueden servir para otras administraciones que deseen dar un paso más hacia el futuro. La cuestión ahora será ¿cómo regular y garantizar servicios más personalizados y de calidad atendiendo a los principios de la protección de datos personales?
La respuesta está en manos de cada gobierno, anteponiendo siempre la integridad, la ética, el respeto irrestricto a los derechos humanos y el compromiso de avanzar en un mundo digitalizado en beneficio de sus gobernados. Con ello, hagamos lo que nos corresponde.
Laura Lizette Enríquez Rodríguez
Comisionada Ciudadana del INFOCDMX.
@lauraenriquez @InfoCdMex
MAAZ
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